Mejor trailer de 2009: 'Star Trek'

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En breves días (y no antes de darle mil vueltas, como cada año) cerraré mi lista de las 10 mejores películas (cómo me gustan las listas...) de 2009. Pero también podríamos hablar de otros asuntos muy relacionados con el cine, y los trailers están estrechamente ligados a él, hasta tal punto que muchos se erigen en verdaderas joyas narrativas (o anti-narrativas, que también se da el caso), a veces muy superiores a la película que están anunciando, pues en menos tiempo atrapan más emoción y más verdad, y luego el filme en sí interesa mucho menos. Este es uno de esos casos en los que el trailer es escandalosamente superior a la película que nos quiere anunciar.

De J.J. Abrams se podrán decir muchas cosas, pero una desde luego es cierta: vende como nadie sus productos, eso es así. Ignoro, porque no conozco a nadie que pueda contármelo (entre otras cosas) cómo funciona el tinglado de los trailers de cine, si hay profesionales distinguidos o no, pero este en concreto creo yo debería estudiarse en las escuelas de montaje, o directamente en las escuelas de cine, como un ejemplo máximo de crescendo abrumador, y de contarte una historia, tal cual, desde el principio hasta el final, asumiendo las lagunas y dejándote la piel de gallina. Analicémoslo punto por punto, ¿os parece?

El propósito de este trailer, además de vendernos la película (evidentemente), es la de emocionarnos, proponernos una épica sin límites. Y vaya si lo consigue. Comienza con el personaje protagonista en plan rebelde sin causa, cabalgando una moto por el desierto, y después peleándose en un bar. Es un perdedor, un tipo violento y sin rumbo. Todo esto dura tres segundos, claro (como casi todo, no olvidemos que estamos en un trailer). Un tipo mayor que él le recuerda lo que hizo su padre: fue capitán de una nave estelar durante doce míseros minutos...y salvó la vida de cientos de personas incluida la de su hijo. Un breve flash-back nos muestra esa nave siendo masacrada, y a él mismo naciendo. De un plumazo, James Kirk es una especie de Moisés al que ahora le proponen el reto de superar a su padre, y regresamos a él en la moto observando la construcción de la mítica USS Enterprise.

Este es un tema habitual en el director, cuya serie 'Lost', de la que es co-creador y mente ejecutiva, reitera en el tema de personajes sin rumbo que han de encontrar un destino que en teoría les está reservado. Siempre que luchen por él, claro, y perdiendo en el camino muchas cosas. Ya en la academia, vemos que se encuentra con Spock, que suelta las frases identitarias: "experimentarás miedo...miedo a una muerte segura". Acto seguido, vemos a Kirk lanzarse al vacío. Es una imagen que lo explica todo: el protagonista de esta historia tendrá que viajar más allá del miedo, y tendrá que descender a abismos terroríficos. Nótese cómo siempre, o casi siempre, Kirk mira a derecha de cuadro.

A continuación presentan al malvado de turno (un Eric Bana irreconocible), que mira a izquierda de cuadro en sus tres apariciones. Lo primero que dice es que se lleva preparando para este momento toda su vida. No sabemos de qué va la película, ni nos importa. Con sencillez abrumadora proponen a un chaval sin rumbo que ha de enderezar su vida llevando a cabo un empleo de gran riesgo y complejidad (ser capitán de nave espacial), y nos proponen también a un formidable enemigo capaz de destruir planetas y con una nave aterradora. Esto es mitología: el bien contra el mal. Luchar contra los propios demonios. Una vez que James Kirk se sienta en la silla de capitán se establece un crescendo que es un subidón de adrenalina.

Se oye una voz que dice: "eres capaz de decidir tu propio destino, la cuestión es ¿qué camino elegirás?". El montaje es brillante: a una imagen del protagonista y otro personaje mirando, le sigue un falso subjetivo de la propia Enterprise, majestuosa; si antes vimos caer hacia un abismo insondable ahora hay otro plano con él agarrándose en un saliente de ese mismo abismo; plano de Kirk mirando a Spock y de Spock mirando a Kirk, para cortar a un plano detalle de una mano acelerando la velocidad de la nave, como si ambos se hubiesen puesto de acuerdo e ir a donde fuera necesario. También vemos a Kirk escalando para llegar a un desierto helado, clara imagen de él subiendo el abismo en el que al principio caía (y con el villano asegurando que de gran hombre no tiene nada). Y corte a Kirk ahora saludado con más respeto por sus hombres, como escalando hacia la figura de su padre.

Todo termina con un adrenalítico enfrentamiento (falso) de miradas, y con el malvado desgañitándose "¡fire everything!", para cerrarse con un fastuoso plano de batalla espacial. No se le puede pedir más a un trailer. Si añadimos que la música, épica y heróica, incluso psicológica, está montada de manera admirable, y ayuda muchísimo a elevar todavía más la emoción, pues ya lo decimos todo.

La película

Esta segunda realización de Abrams, después de la irregular 'Mission Impossible III', no es tan emocionante como el trailer, si bien es una aventura dirigida más que dignamente. Pero esas cotas de emoción y de épica no las tiene si no muy de cuando en cuando, sumadas a valles demasiado prolongados. Es un filme trepidante, e incluso lleno de imaginación, pero adolece de querer meter demasiadas cosas y no centrarse en ninguna de ellas, y de falta de originalidad. En comparación, el trailer es una joya. El mejor de 2009.

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