Herederos no parece un culebrón, pero lo es

Herederos no parece un culebrón, pero lo es
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Para empezar, no acabo de entender por qué Televisión Española se ha aficionado a emitir largos resúmenes previos a los episodios de sus series. En el caso de Herederos, se podría justificar diciendo que la primera temporada no fue autoconclusiva y que estos resúmenes, demasiado largos, aspiran a enganchar a la audiencia. A la vista de los resultados (un 14,8% del share, en la temporada pasada llegó a pasar del 18), no sirven ni para eso.

Hay varias cosas que me parece que restaron interés al episodio de ayer. Por ejemplo: titulan el primer episodio de esta segunda temporada con el nombre de un personaje clave y que tiene una trama muy particular, indicando claramente que dicha trama va a vertebrar el episodio. Todos sabíamos de antemano que ese personaje no se moría, con lo que la resolución estaba bastante clara, a pesar del previsible giro final.

Otro punto: Herederos es una serie que se basa en los dramas de una familia dedicada a la ganadería y al toreo y plantean como uno de los conflictos del episodio la venta de la ganadería. Si se acaban los toros, se acaba la serie, con lo que esta subtrama se resuelve de una forma cíclica y aunque no digo yo que la resolución no traiga consecuencias en un futuro, en lo que respecta al episodio en sí genera muy poco interés porque no resulta verosímil.

Tampoco me creo las recurrentes llamadas del personaje de Concha Velasco a uno de sus secuaces, en las que siempre termina diciéndole "ven a la finca". Angela Channing jamás pidió a nadie que fuera a verla, ni siquiera como recurso del guión.

Esta segunda temporada de Herederos se vendió acudiendo al aumento del odio en los guiones y eso ha sido totalmente cierto. Si no recuerdo mal, todos lo personajes que aparecieron en el capítulo de ayer discutieron en algún momento del episodio. Apenas hubo instantes de distensión y muchas de esas discusiones llegaron a parecerme forzadas (un choque haciendo footing, una esposa despechada que encuentra a la mujer que amenaza su matrimonio en medio de la calle...). Con el mayoral y su mujer a punto de abandonar la finca por jubilación y la traición del personaje de confianza de la señora Orozco, pocos clavos le quedan a esta mujer a los que agarrarse.

La serie guarda una estructura de culebrón de alto presupuesto y, de hecho, la producción está muy cuidada, pero creo que su principal fallo es el de la falta de definición. Para que unas tramas como las que nos sirven tengan el enganche suficiente no pueden desarrollarse a lo largo de toda una temporada de trece o catorce episodios semanales. El aspecto de la serie, su tema, lleva al espectador a pensar que va a ver un culebrón y esa percepción hace que reciba estas tramas de larga distancia como un problema.

Yo echo de menos la resolución semanal de alguna trama para que los capítulos tengan un interés suficiente y sirvan de respiro a la complicada trama transversal de la temporada en la que abundan odios, venganzas y traiciones al más puro estilo Dallas. Qué mal visto está decir que algo es un culebrón. Si ése es uno de los géneros más rentables de la televisión, ¿por qué no aprovecharlo?

En ¡Vaya Tele! | Herederos también tendrá segunda temporada

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