Sobre la marcha: Terrence Malick y 'Knight of Cups'

Sobre la marcha: Terrence Malick y 'Knight of Cups'
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Son conocidas las declaraciones de Christopher Plummer donde se muestra crítico con el método de trabajo de Terrence Malick. El actor explica que cree que Malick necesita un escritor y que nunca más trabajará con él.

Con todo, tiene la educación de expresar admiración por sus películas. Recientemente, Antonio Banderas explicó como trabajó en 'Knight of Cups' (id, 2015) y de qué manera. Todavía no está seguro de cual es su rol. Todo esto parece darle la razón a los cuñaos. Uno puede oír en la voz del clásico cinéfilo, el eterno cuñao, que Malick "va de artista" y, despreciativamente, "improvisa" porque "no tiene nada claro".

To The Wonder

También oímos la probable parodia de un Joaquín Reyes: ¡Hola! ¡Soy Terrence Malick! Artista libérrimo del cine. Ponte en el charco ahí, que ya verás, cinco planazos del cielo te meto.

Toda esta crítica tendría sentido si Terrence Malick fuera, efectivamente, un ingeniero o un doctor, alguien cuya labor práctica fuera, en esencia, lo que constituye su profesión. Sin embargo, todo lo que esta crítica nos dice es que preferimos destinos seguros y hay una fuerte corriente antiintelectual contra la duda, el desconcierto y la exploración en el cine.

Personalmente, me siento inclinado a confiar mucho en cineastas cuya hoja de ruta no conocen y que, durante la película, la van expresando. ¿Qué sería del Cine sin ellos? Jean-Luc Godard se obsesiona con captar la vida o con ensayar sobre materia cinematográfica, los resultados varian; Malick, en su última etapa, intenta conjugar temas grandilocuentes (por resumirlo: los cruces entre lo divino y lo humano) a partir de materiales disparejos.

Ensayo e incertidumbre

¿Por qué debería hacer más películas normales? ¿Es que acaso no estamos saturados de películas perfectamente escritas? ¿Y son eso una garantía de mayor rigor artístico? No demasiado. Son garantía, y solamente a veces, de un cierto entretenimiento. Es evidente que toda exploración conlleva errores.

Me interesa más 'To the wonder' (id, 2012) con su Dios perdido entre la conciencia de una expatriada y un americano que la visión del suburbio norteamericano como Paraíso y la madre de antaño como la Virgen contenida en 'El árbol de la vida' (The tree of life, 2011).

Pero así como veo necesario clasificar las virtudes (la originalidad, la inteligencia, la amplitud de miras) también deberíamos empezar a clasificar los errores.

To The Wonder

Curiosamente, la última etapa de Malick es la ideológicamente más preclara.: es un cineasta cristiano obsesionado en volver, una y otra vez, a la posibilidad de un Dios redentor y omnisciente al que los humanos deban regresar.

La incertidumbre concreta de Malick afecta solamente a la naturaleza misma de su historia, a la narrativa, y no al terreno donde se mueve, lleno de las mismas ideas.

Es curioso porque su cine, en sus mejores y en sus peores momentos, sigue siendo un frágil equilibrio entre misterio y creencia.

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