Las diez mejores interpretaciones de John Wayne

Las diez mejores interpretaciones de John Wayne
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Aún recuerdo como, cuando con 8 años de edad escuchaba asombrado la noticia del fallecimiento del actor John Wayne. Fue tal día como ayer, en el lejano 1979, por lo que en una operación de homenaje cinéfilo le rendimos un pequeño tributo con una de esas listas que tanto gustan. La imagen del actor ha ido siempre ligada al género de géneros, el western, tal y como queda patente en la siguiente lista que sigue únicamente un orden cronológico, y que curiosamente encierra muy pocos directores, y es que es muy difícil desligar al actor de nombres como John Ford o Howard Hawks.

‘Río rojo’

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La primera colaboración de Wayne con Hawks se saldó con uno de los mejores trabajos de su director. Con un personaje más complejo de lo que aparenta a simple vista —una tónica muy extendida en sus personajes— creó escuela en el género con una de las secuencias más recordadas y mejor filmadas por Hawks, aquella en la que sintiéndose traicionado por el personaje interpretado por un primerizo y prometedor Montgomery Clift, lo amenazaba con la mítica frase “Voy a cogerte, no sé cuando, pero te cogeré. Cada vez que te des la vuelta espera verme porque en algún momento, cuando lo hagas, estaré allí. Voy a matarte”.

‘La legión invencible’

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‘Ella llevaba puesto una cinta amarilla’ es el título original de la segunda entrega de la trilogía de John Ford dedicada a la caballería, junto con las imprescindibles ‘Fort Apache’ (id, 1948) y ‘Rio Grande’ (id, 1950). Wayne es el Capitán Nathan Cutting, que seis días antes de jubilarse debe llevar a cabo su última misión en el ejército, al que ha dedicado su vida. Uno de los personajes más melancólicos del actor, más queridos, más íntimos.

‘El hombre tranquilo’

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Fil mítico donde los haya, supone uno de los mejores trabajos tanto de John Wayne como de su director, John Ford. Sean Thornton es un ex-boxeador atormentado que regresa a su pueblo natal en Irlanda, donde encontrará al amor de su vida, encarnado por la sempiterna Maureen O´Hara. La química de la pareja es algo que sobrepasa la pantalla, y la larga secuencia de la pelea final ha entrado por derecho propio en los anales del cine.

‘Centauros del desierto’

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Considerada por muchos —entre ellos Spielberg— como no sólo el mejor western de toda la historia, sino como una de las mejores películas jamás hechas —cierto director español de renombre considera que es un film fallido y muy mal narrado—, en la que Wayne hace uno de los papeles de su vida: Ethan Edwards, un veterano de la Guerra Civil que deberá emprender una larga búsqueda para rescatar a su sobrina secuestrada por los indios. Intenso y memorable, como ese plano final con la figura desencajada del actor en una secuencia mil veces imitada.

‘Rio Bravo’

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Volvemos a Hawks en un western muy distinto al anterior. Wayne es el sheriff John T. Chance, que con la ayuda de unos pocos hombres —todo un muestrario de personajes Hawksianos por excelencia— deberá impedir que el chico malo del pueblo rescate a su hermano que está preso en la cárcel. Un film claustrofóbico y toda una apología a la amistad. Las canciones de Ricky Nelson son antológicas.

‘El hombre que mató a Liberty Valance’

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Tom Doniphon es sin duda uno de los más grandes personajes de todo el universo del western, y por ende de John Wayne y del cine en general. Leyenda y realidad se dan la mano en un film único sobre el paso del tiempo, la amistad, el amor perdido y las buenas acciones. Pocos films de Ford poseen el lirismo de este y la arrebatadora melancolía que baña algunas de sus imágenes.

‘¡Hatari!’

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Wayne es Sean Mercer, cabecilla de un grupo de hombres dedicado a atrapar animales en África para después venderlos a zooológicos. La llegada de una mujer al campamento cambiará un poco las cosas. Con un guión de la mítica Leigh Brackett —una pena que esta escritora no se prodigara más de lo que lo hizo— el film supone un relato de aventuras puro y duro, con ese toque tan de Hawks para la amistad viril y el grupo.

‘El Dorado’

Especie de remake no confeso de ‘Rio Bravo’ (id, 1959) con ligeros cambios de matices. Wayne es Cole Thornton —mismo apellido que en ‘El hombre tranquilo‘—, un pistolero que une fuerzas con el borrachín sheriff encarnado por un genial Robert Mitchum, y así enfrentarse a un grupo de ganaderos que quieren robar el agua a una familia también ganadera. Los destrozos de la escopeta de cañones recortados que lleva un joven James Caan, son ya históricos.

‘Valor de ley’

Cuando el género del western cambiaba a marchas forzadas, gracias a la irrupción de gente como Sam Peckinpah y Sergio Leone, el gran Henry Hathaway nos regalaba los últimos westerns clásicos, siendo este probablemente el último de todos. Rooster Cogburn es un personaje que le valió a Wayne su único Oscar como actor, un marshall que ayudará a una jovencita a cumplir una venganza contra el asesino de su padre. El actor repitió en una secuela, ‘El rifle y la biblia’ (‘Rooster Cogburn’, Stuart Millar, 1975) con resultados bastante menores.

‘El último pistolero’

Un proyecto que era para Clint Eastwood, quien se dejó ver por el rodaje al lado de Wayne y su buen amigo Don Siegel, y que supone la última interpretación del mítico actor. Un pistolero que busca en el final de sus días morir con algo de dignidad. Wayne, que había superado un cáncer que más tarde regresaría sin piedad, tomaba láudano para combatir los horribles dolores que sentía. No deja de ser irónico que el último papel de Wayne, y uno de los mejores, fuera este.

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