Dios, el dinero y el valor de una película

Dios, el dinero y el valor de una película
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¿Quieres saber en lo que creo? Creo en Dios. Son las palabras que aparecen en todos los billetes americanos

Lo dijo Steve McQueen en la película 'La Huída' ('The Getaway', 1972).

Por aquella época ya se empezaba a entender el cine como algo donde lo único que importaba era recuadar el mayor dinero posible. Los productores, exceptos contadas ocasiones, ya no entendían la unión obra o arte con dinero. Y los guiones, tan trabajados hasta entonces, pasaron a ocupar el último lugar en las prioridades de las películas.

No obstante, los actores, sobre todo aquellos que ya tenían la carrera echa, aún se involucraban en las películas. Tomaban en cuenta todos aquellos personajes que interpretaban. A finales de esa decada, y en adelante, la cosa cambió, y Dios sólo saludaba a los vencedores, a los productores que más dinero recaudaban con sus películas. Ese era el modo de medir la calidad de una obra.

Disiento con esa apreciación. La grandeza de una obra la marca y marcará el paso del tiempo. El hecho de que 50 años después la gente se siga quedando engatusada al ver la misma obra. Si eso es ser elitista, y pensar que ahora no se hace buen cine, soy un elitista. Porque las películas que aún siguen emocionándome se realizaron hace ya sus 50 años. Son puntos de vista, o formas de marcar una línea. O quizás, que no creo en Dios. Probablemente sea eso.

Vía | Terra de vers

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