Método Marvel, mala memoria y un poco de morro: cómo Stan Lee dominó el discurso en torno a sus creaciones

Método Marvel, mala memoria y un poco de morro: cómo Stan Lee dominó el discurso en torno a sus creaciones

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Método Marvel, mala memoria y un poco de morro: cómo Stan Lee dominó el discurso en torno a sus creaciones

Una semana cualquiera en el modesto bullpen de Marvel de comienzos de los años 60 consistía en Stan Lee diciéndole a Jack Kirby que se le había ocurrido que la próxima historia de Los 4 Fantásticos sería un enfrentamiento con Doctor Muerte. Sin muchos más datos, el dibujante se ponía a trabajar para narrar con su dibujo una veintena de páginas para que, finalmente, el guionista escribiese los diálogos.

Esta forma de crear un cómic fue tan extendido y aceptado como estándar que fue bautizado como "método Marvel". Un método tan institucionalizado que fue aprovechado por Stan Lee para llevarse gran parte del mérito a la hora de levantar con sus manos el Universo Marvel tal como nos ha llegado hasta nuestros días.

Que no es que Stan Lee fuese un completo aprovechado o nos encontremos con un caso de Bob Kane y Batman, pero sí que es verdad que su participación en la creación de gran parte de la galería de personajes de la Marvel de los 60 es un pelín exagerada.

Porque Stan tuvo un gran talento: el de saber rodearse con algunos de los mejores creadores de cómics jamás nacidos. Auténticos maestros cuya influencia dura hasta nuestros días y sin los cuales algunos de nuestros personajes favoritos no existirían tal y como los conocemos. Por no decir que serían bastante distintos.

Captain America Kirby

Neoyorquino de nacimiento, a los 18 años fue contratado por Robbie Goodman para trabajar como asistente de Joe Simon padre, junto a Jack Kirby, de Capitán América. En una entrevista inicial, Stan parecía no saber mucho del mundo editorial, pero su entusiasmo (y ser familia política del jefe), le consiguió el trabajo.

Bajo la tutela de Martin Goodman, de quien aprendería todo lo que hay que saber del oficio incluyendo el venderse bien a uno mismo, Lee trabajaría incansablemente en diversas labores hasta que le llegó el mayor encargo de todos: revitalizar el abandonado género de superhéroes para competir con DC Comics, que estaba teniendo un gran éxito con los nuevos 'Flash' y 'Justice League'.

El resto es historia ampliamente conocida: uniría fuerzas con Jack Kirby para crear 'Los 4 Fantásticos' e inauguraría así el que conocemos actualmente como Universo Marvel. Pero, como con todo, siempre hay una Cara B... y con Stan Lee hubo un par que han ido coleando hasta hace relativamente poco.

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La maldición del trabajo por encargo y una conveniente mala memoria

Stan Lee Spiderman

Estoy hablando de algunas de sus creaciones más famosas y el grado de implicación que tuvo en su momento. Precisamente con el recién fallecido Steve Ditko, Lee tuvo sus más y sus menos en torno a quién ideó qué y hasta qué punto pudo ser una creación conjunta o más obra del guionista que del artista... y esto sin meternos en la visión de Kirby. Ditko, de hecho se dedicó a hablar abiertamente de ello en su propio fanzine.

Con Jack Kirby pasó tres cuartas partes de lo mismo con creaciones como, mismamente, Thor (por poner un solo ejemplo). Uno lee los 'Journey into mystery' y no tiene la menor duda de que la historia es típicamente kyrbiana. Pero resulta que Stan Lee siempre mantuvo que le intrigaba mucho el trastear con héroes/dioses mitológicos pero que nadie mejor como "El Rey" para andar con ellos. Aún hoy no está del todo claro la participación real de Lee en el proyecto.

De hecho con Jack Kirby tuvo sus grandes problemas incluso desde antes de la "era Marvel". Lee siempre le gustó llevar un discurso "corporativo" en torno a los personajes de la editorial y llegó a ignorar a los creadores del Capitán América en una pieza divulgativa sobre los primeros tiempos de Timely:

A la hora de labrar el discurso en torno a la creación de personajes hay tres factores que han jugado muy a su favor: su reconocida mala memoria, en la que cambiaba continuamente y a conveniencia el relato de sus creaciones; el draconiano modelo de trabajo por encargo que despojaba de derechos sobre estas a sus auténticos autores; y el ser el rostro visible y responsable de una editorial en boga.

Y, ojo, no me malinterpretéis: Stan Lee fue siempre un gran currante. De los de pasarse horas encerrado ante la máquina de escribir y, tras dejar sus labores de guionista, mantenerse encerrado en su despacho supervisando todas las historias de Marvel como un imparable editor y moviendo sus personajes en productoras, jugueteras y cadenas de televisión como un gran vendedor. Un gran ejemplo de ello es que han pasado más de cuarenta y cinco años desde que dejase de ser "guionista regular" de las series Marvel para dedicarse plenamente a labores de edición y de dirección de la editorial.

El gran trabajo de Stan Lee fue el de ser un showman. Ser la cara de una editorial y una gran actitud para moverse por una industria de los cómics en una época de reinvención del género de los superhéroes. Él es un "lince" y logra que la conversación sobre "la edad de plata" del cómic gire más en torno a sus personajes que en los de la Distinguida Competencia.

Hasta bien entrados los setenta, con una profunda renovación del concepto de autor en un entorno editorial que aspiraba a Hollywood y televisión y su consecuente llegada de los "royalties" y el derecho al reconocimiento del creador original, a nadie excepto a los implicados (y ni siquiera) le importaba quién había creado qué. Y a las corporaciones menos. Es en esta década cuando muchos comienzan una larga batalla judicial que ha dejado muchos cadáveres.

Stan Lee Spiderman

La mayor defensa de las editoriales siempre fue que los guionistas y dibujantes trabajaban por encargo y que todo su trabajo, incluyendo la propiedad intelectual de la obra, pertenecía a la empresa. Algunos casos, como el de Jerry Siegel y Joe Shuster, cocreadores de Superman, aprovecharon este cambio en la legislación para aparecer, por fin, acreditados como tal. Otros, como el de Jack Kirby, provocaron la ruptura de una relación personal y un amasijo de litigios que no han terminado de resolverse hasta dos décadas después de su muerte.

Este pasado lunes despedimos para siempre a Stan Lee. Una de las figuras más influyentes de la industria de entretenimiento actual al que generaciones enteras de lectores le debemos horas y horas de lecturas y visionados. Fue alguien que, polémicas aparte, supo revolucionar el cómic de superhéroes y rodearse de grandes genios que le permitieron alcanzar la gloria.

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