Momentos inolvidables del Oscar

Momentos inolvidables del Oscar
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Nunca faltan. Siempre sucede una de esas cosas no previstas en el guión, ni por los productores ni el director de la ceremonia. Son los momentos que nos despiertan justo cuando la entrega de los premios Oscar se alarga más de lo previsto y empezamos a perder la batalla contra el sueño. Algunas veces creemos que lo hemos soñado. ¿Besó en la boca Angelina Jolie a su hermano justo antes de levantarse a recibir su premio? ¿Vestía Bjork una especie de ganso estrangulado? ¿Está Michael Moore abucheando a Bush? ¿Está el público abucheando a Moore? ¿Caminó Roberto Benigni sobre Spielberg realmente? ¿Enloqueció Cuba Gooding Jr. sobre el escenario?

Leo en Newsday una lista con algunos de estos momentos inolvidables: Jack Palance haciendo planchas con un solo brazo en el suelo, Cher vestida como una corista de Las Vegas; Sacheen Littlefeather, la indígena apache que subió al escenario para rechazar el premio de Marlon Brando en El Padrino, como protesta por el tratamiento que Hollywood da a las étnicas norteamericanas, Robert Opal corriendo detrás del flemático David Niven [foto] como dios lo trajo al mundo [Opal, quiero decir... No, no era Niven quien corría desnudo]...

Hay otros que yo añadiría. El beso que Adrien Brody le estampa a una indefensa y atónita Halle Berry [y que hizo preguntarse a muchos si habría hecho lo mismo con, digamos, Julia Roberts en lugar de Berry], la expresión de desaliento de Bill Murray al caer en cuenta de que había perdido; la reacción de desconcierto y terror de Fay Wray cuando a sus casi 90 años, la llamaron para que subiera a recibir su Oscar honorífico...

¡James Cameron y su grito de mariachi! "¡I'm the king of the world!"

Este año, mis expectativas -y supongo que las de millones de televidentes más- están puestas en el comediante Chris Rock, en su primer trabajo como animador de la ceremonia. Estoy seguro que no nos defraudará. De entrada, y aún sin comenzar el evento, ya ha agitado las aguas al afirmar que sólo los gays ven el Oscar, que premiar el arte es una jodida idiotez, y que si Jamie Foxx no gana [el premio al mejor actor] le quitará una estatuilla a alguien de luz o sonido para que el protagonista de Ray no salga del teatro sin su premio.

Promete ¿no?

La gente de la cadena televisiva estadounidense ABC lo sabe. Acaso por eso han decidido transmitir la ceremonia con un retardo de siete segundos, por si acaso.

Una lástima.

Ojalá no nos corten la diversión.

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