Unos consideran L’amico di famiglia de Paolo Sorrentino, extravagante, original, un viento de cambio en Cannes, y una obra destacada, entre el resto de las competidoras de la Sección Oficial. A Otros, no es que les parezca mala, es mucho peor, les despierta instintos asesinos contra el director.
En cualquier caso, no ha dejado indiferente a nadie, y no es de extrañar, teniendo en cuenta que se trata de una película experimental, con influencia felliniana.
La historia de un hombre, feo, tacaño y mezquino, interpretado por Giacomo Rizzo, que no es consciente de ninguna de estas condiciones, y mientras ejerce de prestamista, se dedica también a entrometerse en la vida de sus deudores. Así transcurre su existencia, hasta que se enamora de una bella mujer (Laura Chiatti) y todo cambia. Me alegra comprobar que también aparece una de mis debilidades, Fabrizio Bentivoglio.
El anterior film de Paolo Sorrentino, La Conseguenze dell’Amore, fue el favorito de los italianos, para presentar a los Oscars, pero no pudo ir, por estrenarse una semana más tarde de lo permitido por la Academia. A ver si terminará quitándose la espinita, con una Palma de Oro...
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