'La pecera de Eva', cuando la transgresión no es suficiente

'La pecera de Eva', cuando la transgresión no es suficiente
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Anoche Telecinco estrenó ‘La pecera de Eva’, una serie destinada a verse en La Siete pero que ayer intentó popularizarse a través de la cadena grande. Como la mayoría de las producciones de las cadenas de la TDT, tiene un tinte arriesgado y una producción no convencional. El tema juvenil abandera la serie, reflejo del target que quieren para la TDT.

‘La pecera de Eva’ tiene capítulos cortos, casi podría considerarse una tira, y una estructura que combina las situaciones de los acontecimientos que marcan las historias con un tratamiento de imagen muy concreto (colores saturados, música), con los diálogos de la terapia en el instituto que, según han anunciado por activa y por pasiva, se basan en la improvisación. En general, planos muy cortos menos en momentos muy puntuales, como cuando Eva está en su casa o cuando se muestra una secuencia en el aula.

Me gustó mucho la interpretación de Alexandra Jiménez, una psicóloga medio loca, con métodos innovadores en la ficción nacional, que consigue mantener una tensión interesante entre el buen rollo y la mala leche. El resto de actores me parece que estuvieron un poco más flojos. El tema central de la serie, los problemas de los adolescentes, está enfocado de una forma directa y sin tabúes aunque el perfil de los alumnos, algunos demasiado estereotípicos, me parece que restan valor y credibilidad al asunto.

Aunque en líneas generales me parece que la serie se deja ver, creo que van a tener un problema en lo que respecta a la fidelización de los espectadores. Las historias no son autoconclusivas así que es de suponer que serán necesarios varios episodios para ir desentrañando el contexto y la evolución de los personajes. Desde este punto de vista, que los adolescentes sean tan típicos en algunas cosas resta interés y si bien lo importante es el proceso, creo que algunas resoluciones se ven venir.

En resumidas cuentas, que se aborden los problemas de la juventud de una forma transgresora, sin demasiada moralina y sin eufemismos, es un punto a su favor teniendo en cuenta al público al que se dirigen, pero creo que han caído en el error del estereotipo en los personajes. El personaje de Alexandra Jiménez es un acierto pero es el único. Me quedo con la sensación de que los únicos jóvenes que salen hoy en día por la tele son los que andan un poco pasados de rosca pero, está claro, los extremos son los que interesan y yo no soy público objetivo.

En ¡Vaya Tele! | ‘La pecera de Eva’, otro intento de serie diaria juvenil en Telecinco

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