Los límites del morbo

Los límites del morbo
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No seré yo el que niegue que uno puede encontrar grandes cosas en la pequeña pantalla, pero lo que sí considero indiscutible es que hay una gran cantidad de porquería cuya existencia me cuesta entender. Bueno, miento, son formatos rentables que están dispuestos a hacer prácticamente cualquier cosa con tal de enganchar al espectador. Es un mal necesario que tenemos que tolerar como mejor se pueda —los hay que prefieren ignorar su existencia, pero también quienes quieren remarcar una especie de superioridad moral por no verlos—, pero llega un punto en el que todos deberíamos pararnos a pensar en cuáles deberían ser los límites del morbo barato.

Hay cierto oportunismo por mi parte —he tenido que ver un ejemplo de basura televisiva en uno de mis programas favoritos para reflexionar sobre ello—, pero es la triste realidad. Sé que muchos de vosotros no seguiréis 'Survivor', pero los acontecimientos narrados en 'Persona Non Grata' —preparaos para un aluvión de spoilers—, episodio emitido por CBS este pasado miércoles, son el ejemplo perfecto de lo que nunca debería hacerse, llegando a tal punto que era imposible no sentirse incómodo con lo que se veía en pantalla.

La cuestión es que en 'Survivor', y en todo concurso con tintes de reality, es muy habitual recurrir a personalidades muy llamativas, colindantes en no pocas ocasiones con la locura. Reconozco que suelen funcionar a través de un enfoque cómico —otras veces son simplemente insoportables— para que así el espectador sienta curiosidad por ver cuál será la siguiente cosa increíble que harán o dirán. Es una táctica ya muy asentada y que sólo es realmente problemática cuando el concursante en cuestión se pone violento —me viene a la cabeza el caso de El Yoyas en el 'Gran Hermano' español—, pero este año han querido llevarlo un poco más allá en 'Survivor' al reunir en una misma edición a dos de los concursantes más inestables mentalmente de los que han pasado por el programa.

Los roces entre Phillip —un lunático que se cree agente especial gubernamental— y Brandon —un chaval que bien podría padecer algún tipo de bipolaridad— ya habían quedado claros en los primeros episodios de esta nueva edición, pero todo se radicalizó tras enterarse el segundo que el primero planeaba expulsarle del juego cuando se suponía que habían zanjado sus diferencias poco antes. 'Survivor' no deja de ser un juego en el que saber manejar las mentiras es un factor clave para avanzar en el juego, pero a ver cómo le dices eso a alguien inestable mentalmente.

El resultado fue una acalorada discusión en la que Brandon decidió desparramar la escasa comida que tenía su tribu y ponerse a dar gritos como un energúmeno. Exagerado, pero bueno, los concursantes espectadores ya sabíamos que Brandon era así y reacciones airadas ha habido muchas a lo largo de la historia de 'Survivor'. El problema es que todo se complicó hasta límites más allá de lo tolerable cuando llegó la hora de que ambas tribus completasen un juego por la inmunidad —el equipo perdedor está obligado a expulsar a uno de sus integrantes—. Lo sucedido está ya entre los espectáculos más dantesco que he visto.

Brandon no tardó en atacar verbalmente a Philip y a su propio equipo, llegando a un punto en el que Jeff Probst, solvente conductor de 'Survivor' desde sus inicios, acertó al llevar aparte a Brandon para enfriar los ánimos. Ahí es cuando se tenía que haber decidido su expulsión automática y acabar con todo el show, pero no fue así. Probst dejó que Brandon dijera todo lo que le venía en gana, llegando a decir que no pasaba a las manos por mero respecto hacia la amistad entre ambos. Una compañera de tribu de Brandon no pudo contener las lágrimas y el resto mostraban visiblemente su incomodidad ante lo que sucedía. Finalmente decidieron dar el juego por ganado al otro equipo para poder echar directamente a Brandon, quien aceptó la decisión porque él había sido el auténtico responsable de su expulsión.

La tribu afectada

Está claro que el equipo del programa sabía que era muy difícil apartar la mirada de lo que sucedió en la isla, decisión refrendada por el hecho de que 'Persona Non Grata' haya sido el episodio más visto de lo que llevamos de temporada, pero el resultado es catastrófico. Llega un punto en el que el propio Probst ve que no se puede sacar más jugo al asunto porque las cosas pueden salirse de madre —en el vídeo que tenéis más arriba podéis ver el frenético estado de Brandon en ese momento—.

El morbo es la única razón de ser de enseñarnos lo sucedido con tanto detalle, dejando la duda en el espectador sobre si realmente no esperaban que pudiera pasar algo por el estilo, ya que no había duda alguna sobre la inestable personalidad de un concursante que si llegó a participar en primera instancia en 'Survivor' fue por su parentesco con uno de los mejores participantes —el mejor para quien esto escribe— de la historia del programa. ¿Quién puede garantizarnos que no había ninguna posibilidad de que esa reacción enfurecida de Brandon pasara estando a solas con Phillip? A saber lo que hubiera pasado entonces.

Puede que peque de alarmista, pero también estoy notando que cada vez se fomentan más el juego que puede dar de sí la relación directa entre dos personas con una fuerte enemistad reconocida, ya sea por sus discusiones o por fútiles intentos de hacer algo juntos como intentar sincronizarse para saltar en trampolín a una piscina. De hecho, ahí puede que el peligro esté más en no ejecutarlo correctamente —o quizá sabotear a tu rival— y que suceda una tragedia. Y es que está claro que cada vez somos más insensibles ante lo que vemos en nuestras pantallas, pero hay que poner un límite al morbo barato antes de que se salga de madre y los hechos criticados en 'Black Mirror' parezcan totalmente ingenuos en comparación, ¿o no?

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