SOS Adolescentes debería llamarse SOS Padres

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Quizá peque de sádica pero para mí el mejor momento de SOS Adolescentes es cuando la psicóloga les mete caña a los padres y les canta las cuarenta. Suelo identificarme con los adolescentes, empatizo con ellos y me molesta que los padres, una y otra vez, responsabilicen a sus hijos de su mala actitud y les culpen de todos los problemas de la casa.

Lo mejor de todo es que son los padres los que llaman al programa para pedir ayuda, denunciando una situación que se les ha ido de las manos por culpa, o eso creen ellos, del despotismo de los hijos, de su violencia, de su dejadez..., y ni se les pasa por la cabeza que ellos puedan tener algo de responsabilidad en el asunto. Pero para eso está Súper-Ana, la psicóloga que, además, esta segunda temporada ha vuelto más borde y no duda en llevar la contraria a los padres de forma abierta, haciendo evidentes sus errores.

El planteamiento SOS Adolescentes ya muestra de qué calidad están hechos algunos. ¿Cómo se les puede ocurrir a unos padres exponer a su hijo a un docu-show de estas características? Estos niños van al instituto, tienen amigos...,. ¿No es muy fuerte para los adolescentes que sus padres permitan que se muestren, como es el caso del programa de anoche, las autolesiones que se había hecho el chaval para reprimir su ira?

Hace dos semanas aún fue peor, cuando la psicóloga y la madre terminaron llorando al ver unas imágenes grabadas con cámara oculta en la que se veía al padre de los chavales en un actitud muy violenta con ellos, amenazándoles con el puño (el asunto empieza en el minuto 1:35 del vídeo). ¿Qué le puede pasar por la cabeza a unos padres para llegar a pedir ayuda al programa? Los que necesitan ayuda son ellos y son los hijos los que deberían de escribir al programa planteando su caso. También me pregunto a qué se dedica el Defensor del Menor.

Por todo esto, me pongo de parte de los adolescentes, como si de un partido de fútbol se tratara. A veces pueden ponerse insoportables, pueden sacar de quicio, pueden ser muy animales o muy bordes, pero no son los únicos responsables de ese caos. Al contrario, semana a semana el programa nos demuestra que quizá los adolescentes necesiten una terapia, pero lo padres necesitan dejar de creerse las víctimas de las historias.

En ¡Vaya Tele! | Nueva temporada de SOS Adolescentes

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