'War, Inc.', bizarra sátira política

'War, Inc.', bizarra sátira política
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'War, Inc.' (que se traduciría como 'Guerra, S.A.') es una película destinada al olvido inmediato por su torpísima labor de distribución. No es posible a día de hoy saber cuándo se estrenará en España, pero también ocurre lo mismo en muchos países. La película cuenta, sin embargo, con un reparto de altísimo atractivo, compuesto por John Cusack, Joan Cusack, Marisa Tomei, Ben Kingsley, Hilary Duff y Dan Aykroyd, y con un argumento dotado de cierto ingenio.

El film tiene una actitud enteramente crítica. Es una sátira política provista de humor sobre el mandato de la administración Bush en EEUU, muy en la línea de 'American Dreamz', esa infravalorada película que unía el fenómeno de Operación Triunfo y el terrorismo islámico. En este caso contamos con un cinismo arrollador que está liderado, como no podía ser de otra manera, por el radiante talento de John Cusack, que hace un papel análogo al de 'La Cosecha de Hielo'. Es 'War, Inc.' una mezcla de géneros que en los primeros minutos se antoja prometedora y acertada, pero que luego se desinfla hasta constituir un lastimoso despropósito que bebe de las parodias más burdas que campan por taquilla en los últimos años, como si los productores de la horrorosa saga 'Scary Movie' se hubieran decidido a burlarse de la política del miedo y de la guerra de Irak.

Brand Hauser (John Cusack) es un hombre de confianza del vicepresidente (Dan Aykroyd), que viaja al ficticio país de Turagistán para matar a un ministro encargado del petróleo en Oriente Medio. Turagistán es, por supuesto, una continuación natural de Afganistán, Irak... y una excusa para mostrar cómo la guerra puede estar patrocinada por las empresas que van a instaurarse en el nuevo país ocupado. Así, la multinacional Tamerlane controla todos y cada uno de los aspectos de la ocupación norteamericana en Turagistán, y el conflicto bélico se ve como una especie de extensión del american way of life, donde los tanques tienen publicidad en su chapa como si fueran coches de F1. Enseguida conoce Hauser a su contacto en el país, una mujer inestable llamada Marsha Dillon (Joan Cusack), a la vez que se ve obligado a recibir a Yonica Babyyeah (Hilary Duff), una sex-symbol catalogada como "la Britney Spears de Europa del Este", que va a casarse en una boda controlada íntegramente por el gobierno de EEUU.

En medio de este enrevesado argumento, que sin duda se queda a medias en el intento de mostrar una amplia gama de personajes y situaciones, Hauser tendrá el típico dilema amoroso-afectivo-sexual con una reportera idealista llamada Natalie Hegalhuzen (Marisa Tomei). Si la intención fuera lo único que contara, entonces podríamos decir sin problemas que 'War, Inc.' es una buena película. Lamentablemente, la trama se permite tantas extravagancias, que a veces no hay manera de tomarse en serio la historia o reírle la gracia (lo que vosotros prefirais). Es cierto que John Cusack es un genio, lo demuestra película tras película, y el humor que se intuye tras todo el espectáculo se apoya sin duda en su seriedad tensa y comedida. Podemos ver a Brand Hauser como una especie de James Bond del siglo XXI, pero con mucha más apatía, menos elegancia y desde luego más sarcástico. El hecho de que actúe junto a su hermana Joan es un elemento positivo por la evidente química entre los Cusack.

Además de 'American Dreamz', a 'War, Inc.' es imposible no compararla con 'El Señor de la Guerra', que si bien aquella contaba con un gran reparto, ésta también. Pero por supuesto 'War, Inc.', aunque tiene más humor y frescura, es de mucho menor nivel en todos los sentidos. Prácticamente todo aquello en lo que la otra acertaba, falla ésta por su inabarcable combinación. Está peor dirigida, peor desarrollada y con un resultado final mucho menos logrado.

Cuando la película no se pierde en sus propios líos argumentales, podemos adivinar una simpática reflexión contemplativa con tintes apocalípticos (es de subrayar la asfixiante atmósfera de Emerald City, capital de Turagistán), de un mundo con evidentes secuelas del régimen de Bush, que invade países bajo el disfraz de liberación e instauración de democracia. Llama también la atención que exista en la ciudad una especie de muro de Berlín entre las zonas "controladas" y las que todavía resisten. El fraude de las marcas multinacionales, el verdadero uso de la publicidad y el corporativismo está enfocado como un defecto de la globalización, con una hipnosis de valores a nivel mundial. En este sentido, 'War, Inc.' iguala la perspectiva conspirativa de la serie '24', con una corrupción y determinación política carente de escrúpulos y que proviene de lo más alto.

Si bien Marisa Tomei hace una interpretación convencional y Ben Kingsley da vergüenza ajena en los pocos minutos en los que aparece (desvelar cuál es su personaje es cargarse la película), lo más interesante es ver cómo Hilary Duff ha tomado un papel muy alejado de lo que suele hacer. Parece mentira que esta Britney Spears oriental sea la misma que, con unos recursos actorales limitadísimos, apareciera en la serie juvenil 'Lizzie McGuire'. Duff sale ampliamente favorecida.

El final es, con una diferencia abismal, lo peor de 'War, Inc.'. SPOILER El guión se enmaraña hasta tal punto que las considerables virtudes de las que gozaba la película se desvanecen en un final precipitado, incomprensible e indignante, con una finalización propia de una aventura gráfica, un culebrón y una comedia alocada de las de serie B. Lo de Ben Kingsley, una vez que se confirma que es el presidente de EEUU y que Yonica es la hija de Hauser, es de juzgado de guardia. Hubiera sido más efectivo que Hauser hubiera sabido que Yonica es su hija después de haber tenido relaciones sexuales con ella, pero el guión no se atreve con esta circunstancia, a pesar de la permanente acidez del conjunto. Por no hablar de que los extraños planos propuestos por el director Joshua Seftel, en los minutos finales, molestan muchísimo. FIN SPOILER.

'War, Inc.' es una fallida película, que no pintaba mal como idea, pero que se hunde por su propio peso por culpa sobretodo de su arriesgadísimo y bizarro final, que no deja concesiones en cuanto a la coherencia de la historia. Asimismo, algunas escenas son totalmente innecesarias, en parte para dar mayor protagonismo a Marisa Tomei. El surrealismo que tan bien está representado al principio, luego es un defecto insalvable. No obstante, tiene algunos elementos conseguidos que pueden disfrutarse con independencia, y que resultan cuanto menos curiosos. Y John Cusack, por supuesto, tiene un carisma que es digno de ver.

En Blogdecine | 'War, Inc.', John Cusack y Marisa Tomei.

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