'Un Funeral de Muerte', un cansado Frank Oz

'Un Funeral de Muerte', un cansado Frank Oz
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Frank Oz llevaba un tiempo sin ofrecernos una película, siendo la última aquella tontería llamada 'Las Mujeres Perfectas' de cuando la Kidman empezó a convertirse en mala actriz. Ahora el director ha vuelto un poco a lo que sabe hacer de verdad, la comedia pura y dura, aunque los resultados están bastante alejados de sus mejores momentos, y citemos films como 'La Pequeña Tienda de los Horrores' (aún hoy su mejor película), 'Un Par de Seductores' (curiosamente uno de esos remakes en condiciones) o 'Bowfinger' (donde logró que Eddie Murphy tuviera gracia). Películas ésas en las que Oz demostró tener algo más que buena mano para la comedia, y a lo que en un principio parecía querer retornar con este film, cosa que ha conseguido sólo a medias, siendo el resultado nada memorable.

El argumento de 'Un Funeral de Muerte' es enormemente sencillo, algo que en ciertos aspectos es totalmente de agradecer: el patriarca de una familia ha fallecido y se celebra su funeral. Hasta allí se desplazará toda la familia, amigos, conocidos y demás, incluido un pequeño personaje que tiene un importante secreto sobre el fallecido, un secreto que por nada del mundo puede ser desvelado ya que supondría una vergüenza para la familia y para el honor del mismo fallecido. El desmadre está a punto de estallar.

Pero dicho desmadre se queda corto, o mejor dicho camina por derroteros demasiado predecibles y muy en consonancia con la típica comedia actual escatológica o burra/sin sentido. Son pocas las veces que hay situaciones verdaderamente inspiradas, o que no resulten forzadas. La mayor parte de los gags vienen de cierto personaje que se droga sin querer y empieza a sufrir alucinaciones de todo tipo. No sólo nos cansamos de que el tío se ponga a hacer tonterías, sino que el esquema se repite demasiado con otros personajes, que tienen la mala suerte de tomarse ciertas pastillas confundidas con valium.

Sí está acertado cierto aspecto sobre la vida íntima del fallecido, evidentemente desconocido para el resto de la familia. Ese detalle, que no nombro para no coger desprevenidos a aquellos que aún no han visto la película, está bastante bien aprovechado, y las situaciones que se derivan del mismo están bien desarrolladas no resultando ni zafias ni facilonas, y donde Oz presenta sus mejores cartas. Mucho se ha comparado su trabajo en este film con el de las películas de la mítica productora británica Ealing, especializada en comedias, algunas de ellas de las mejores de la historia del cine, pero es algo que no comparto en absoluto por mucho que la película esté rodada en los estudios de la productora. No hay apenas nada de la Ealing en esta película como se ha pretendido decir por ahí. La ironía y sutileza tan típicas de la productora británica no asoman por este título ni de lejos, sino más bien todo lo contrario, esto está más cerca de la comedia loca americana, de donde proviene Oz, que del humor negro de los ingleses.

Algo que demuestran las interpretaciones de prácticamente todo su reparto, bastante histriónicas en algunos casos, y exageradas en prácticamente todos, especialmente Alan Tudyck, quien aparece en la recientemente estrenada 'Lío Embarazoso', pero al que yo prefiero recordar como uno de los tripulantes de la Serenity en la estupenda serie de televisión 'Firefly', y por supuesto en su adaptación cinematográfica. Lo que es de agradecer al film es que éste vaya directo al grano con los personajes y no le dé por profundizar en ellos con sus historias personales. Ahí sí la película se aparta de lo que actualmente es la comedia actual, dura hora y media, su ritmo sin ser perfecto es el adecuado, y no aburre. Que aprendan Judd Apatow y sus discípulos.

Un film pasable que no quedará en nuestra memoria, pero al que al menos se le agradece esa sonrisa con la que se enfrenta a un hecho tan cotidiano como es la muerte, algo por lo que pasaremos todos sin remedio. Aceptarlo y enfrentarse a ello con humor es lo mejor que esta película puede transmitirnos, como queda patente en sus títulos de créditos finales.

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