'Total Recall (Desafío Total)', memoria traicionera

'Total Recall (Desafío Total)', memoria traicionera
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Los remakes se han convertido en uno de los grandes ejes de Hollywood en los últimos años, pero también en una de las fuentes de mayores sinsabores para los aficionados al cine, los cuales ven espantados cómo se realizan versiones muy inferiores (por no decir que son auténticos bodrios) de algunas de sus películas favoritas.

Sin embargo, sería injusto no mencionar que ocasionalmente surgen versiones dignas e incluso grandes obras como ‘Infiltrados’ (The Departed, Martin Scorsese, 2006). El caso que ahora nos interesa es el de ‘Desafío Total‘ (Total Recall, Paul Verhoeven, 1990), adaptación de un relato del mítico Philip K. Dick, del cual llega ahora a nuestras pantallas una nueva versión que, ya os adelanto, no es la completa pérdida de tiempo que podría parecer a simple vista.

Entretenimiento Industrial

Una de las primeras cosas que hay que asumir de entrada de ‘Total Recall (Desafío Total)‘ es que toda la carga reflexiva de su predecesora se ha ido de vacaciones y sólo hará acto de presencia de forma simbólica y poco trabajada. Sí que hay apuntes sobre cómo funciona la sociedad distópica que nos presenta, pero están desperdigados a lo largo del metraje, siendo su única función la de añadir presión al protagonista en su cruzada personal. Y es que estamos ante un entretenimiento industrial en el que lo que interesa no es realmente el valor de la película en su conjunto, sino lo bien resueltas que estén determinadas escenas pensadas para captar el interés del espectador.

Colin Farrell en

Es por ello que la película gira demasiado sobre sí misma con el esquema Pasar desapercibido-Confrontación-Lograr huir en el último momento. No es que ello sea malo per se, pero es vital añadir más elementos que impidan que acabe convirtiéndose en un espectáculo quizá entretenido (esto depende de forma extrema de las inquietudes de cada uno), pero innegablemente rutinario. De poco sirve que te curres una ambientación futurista más o menos sugerente (no deja de ser una mezcla de algo visto en otras producciones) si su único uso es como mero telón de fondo de una persecución eterna, y así es como funciona el pobre guión de Kurt Wimmer.

La presencia de Len Wiseman en la dirección era uno de los aspectos que más dudas me suscitaba, ya que hasta ahora no había demostrado ser capaz de ejecutar ninguna película en la que su trabajo sea especialmente reseñable en lo positivo. Y la verdad es que ‘Total Recall (Desafío Total)’ no supone ninguna excepción en ese apartado, ya que su tarea se limita a intentar añadir tensión a determinadas escenas, las cuales funcionan mejor cuando Wiseman apuesta por la sencillez. El problema es que las cosas se van complicando en este punto hasta llegar a un punto en el que todo se vuelve demasiado aparatoso, perdiendo así uno todo interés en los que está sucediendo en pantalla. Los efectos especiales son buenos, eso sí, ¿pero sirven para algo más allá de intentar enmascarar la falta de ideas del guión? Va a ser que no.

La importancia de un buen villano

Imagen de Kate Beckinsale en

Una de las claves de para que casi cualquier blockbuster pueda convertirse en un gran entretenimiento (y una buena película) es que ha de saber construir a un enemigo sugerente para el héroe de la historia. De hecho, siempre será mejor que el villano sea más atractivo que el hecho de ver cómo tienen que desmantelar los planes de un mindundi cualquiera. Este problema afecta parcialmente a la cinta que nos ocupa, ya que, salvando las tremendas distancias, nos encontramos ante un problema similar al que tenía ‘El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace‘ (The Dark Knight Rises, Christopher Nolan, 2012). Me explico, en ‘Total Recall (Desafío Total)’ aciertan de lleno a la hora de construir al personaje de una convincente Kate Beckinsale como una implacable máquina de matar, algo poco habitual, pues las mujeres en este tipo de producciones tienden a acabar siendo poco más que un florero glorificado.

La pega es que Beckinsale no deja de ser una secuaz del gran Bryan Cranston, intérprete que ha dado sobradas muestras de su talento en la televisiva ‘Breaking Bad‘, pero que en ‘Total Recall (Desafío Total)’ cuenta con un personaje falto de carisma, garra, presencia y lo que llamo factor de acojonamiento, ya que acaba resultando ser un pringado que huye a la primera ocasión y tampoco da mucha cancha a la hora de los enfrentamientos físicos. El problema añadido es que esto acaba dañando al personaje de Beckinsale, la cual acaba siendo poco más que un monigote al que se da un cierre casi tan penoso como al que se daba a la villana de la lamentableAbraham Lincoln: Cazador de Vampiros‘ (Abraham Lincoln: Vampire Hunter, Timur Bekmambetov, 2012).

También me sorprendió que la película apostara tanto por convertir a Jessica Biel en una creíble mujer de armas tomar, faceta que ya había explorado en producciones como ‘Blade Trinity’ (David S. Goyer 2004), pero que aquí alcanza su máxima expresión. Cierto que es un personaje dependiente del protagonista, pero no cae en la habitual pasividad que suele afectar a la novia del héroe, las cuales suelen verse condenadas a acabar siendo secuestradas para motivar el héroe de turno. Y no, aquí pelea, conduce y dispara como si fuera pan suyo de cada día. Supongo que algunos os preguntaréis el motivo de no haber hablado aún de Colin Farrell, y es que su personaje es un tanto monótono a la hora de ir descubriendo la verdad sobre sí mismo, ya que la película no hace grandes esfuerzos en que uno empatice con los problemas que tiene con su memoria. Y no, mirad que nunca he sido un gran fan de ‘Desafío Total’, pero está a años luz de hacernos olvidar a Arnold Schwarzenegger por mucho que su interpretación no sea mala.

Jessica Biel y Colin Farrell en

En definitiva, ‘Total Recall (Desafío Total)’ es una película que falla completamente a la hora de querer ser una propuesta reflexiva al estilo de la versión de Verhoeven, pero sí que funciona con relativo acierto como un mero pasatiempo industrial en el que dejarse llevar por la espectacularidad de lo que sucede en pantalla. También se agradece que sepa crear unos personajes femeninos fuertes, algo inhabitual en este tipo de propuestas. El gran problema es que todo se viene abajo en un tramo final carente de emoción, donde se apuesta demasiado por ser lo más aparatoso posible para intentar epatar a un espectador aburrido de ver en pantalla una persecución eterna que ya se había vuelto muy cansina. Una pena, ya que los dos primeros actos hacían pensar en un aceptable entretenimiento de usar y tirar.

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