'Tobor, el Grande', pequeño y modesto film de Sci-Fi

'Tobor, el Grande', pequeño y modesto film de Sci-Fi
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Desde hace unos cuantos meses, L´Atelier 13 de la distribuidora Absolute, está editando una muy curiosa colección: lo mejor y lo peor de la ciencia ficción de los años 50. ediciones muy cuidadas en digipack, con extras y librillo de esos en los que te cuentan todo cuanto pueden sobre la película de marras. De momento se han editado maravillas como 'Tarántula' o 'It Come From Outer Space', ambas de Jack Arnold, una edición muy especial de la impresionante 'La Invasión de los Ladrones de Cuerpos', y varios títulos más de menor calidad, pero a los que no está de más acercarse. Aquellos que tengáis añoranza de otros tiempos, de películas con las que muchos vivimos nuestra infancia, puede que os lo paséis muy bien con ciertos títulos. O puede que no, pues no sería la primera vez que al revisionar un film que te encantó de niño, descubres lo malo que es, destrozando con ello un maravilloso recuerdo.

'Tobor el Grande' ('Tobor the Great', 1954) forma parte de la mencionada colección, un título que yo no había visto, y al cual me acerqué con la más grande de las curiosidades. En ella se narra la historia de un profesor y un científico que colaboran juntos en la creación de un robot con el que experimentar los viajes por el espacio, antes de hacerlo con humanos, ya que ambos piensan que eso es un error al considerar que el espacio es algo que aún no se ha estudiado lo suficiente. Dicho robot es la sensación de todos los científicos a los que es presentado el invento, pero a quien más llama la atención es a los soviéticos, que ven en el robot una invencible y poderosa arma bélica.

Como ya habréis deducido de su sinopsis, en el film se respira un cargado aire anticomunista, muy típico de aquellos años, en los que la paranoia y psicosis colectiva se adueñaron de un montón de estadounidenses que pensaban que tenían al enemigo viviendo en la casa de al lado. La película no oculta nada de esto, y por razones evidentes, coloca a los rusos como los malos de la función, y dejando a un lado los motivos de ello, lo cierto es que funciona, mínimamente, pero funciona. Y evidentemente no necesito decir cómo acaban las cosas para los villanos del film, el cual y a pesar de su clara inocencia, resulta lo suficientemente entretenido como para olvidarse de la vida un rato.

El aspecto más llamativo es por supuesto el robot del título, al que en un alarde de inteligencia suprema llaman Tobor, y como si fuéramos tontos (más bien, el espectador de aquellos años) uno de los personajes centrales hace la aclaración de que dicho nombre es Robot al revés. El diseño del mismo es de lo más tosco y bruto, y casi produce vergüenza ajena, evidentemente por el atroz destrozo que ha hecho sobre la película el paso del tiempo (el gran amigo y enemigo del Cine). Aún así, resulta de lo más carismático, y eso ya es suficiente. La relación que el robot mantiene con el nieto del profesor es un precedente de esa excelencia de la animación, tan ignorada por las masas, titulada 'El Gigante de Hierro', en otro contexto evidentemente. Y más sorpresas aún, el niño, al que da vida un avispado Billy Chapin, no resulta repelente.

Por desgracia, la película es previsible, y su puesta en escena de lo más vulgar, culpa de Lee Sholem, director de poca fortuna, siempre dentro de la serie B, y que terminó en la televisión como tantos otros. Por lo menos supo dotar de ritmo a 'Tobor el Grande', resultando un film pasable, con escenas tan "alucinantes" como aquella en la que el tocho de robot conduce un jeep para ir en ayuda de los buenos de la función. Sólo por esa delirante escena, merece la pena echarle un ojo a esta película.

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