'Sombras tenebrosas (Dark Shadows)', el vampiro según Burton y Depp

'Sombras tenebrosas (Dark Shadows)', el vampiro según Burton y Depp
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Tim y yo nos pusimos de acuerdo en que un vampiro debe parecer un vampiro, y fue una especie de rebelión contra los vampiros que parecen modelos de ropa interior…

(Johnny Depp)

Aprovechando mi viaje a Francia con motivo del festival de Cannes, no pude evitar acercarme a las salas comerciales antes de que diera comienzo el certamen y echar un vistazo a la cartelera. Me alegró comprobar que allí combinan la versión doblada con la original subtitulada, a diferencia de nuestro país, donde predomina la primera opción y parece aceptada como preferible por la mayoría (de este modo, si el espectador envía mensajes a través del móvil o se corta las uñas del pie, puede seguir entendiendo los diálogos). Se acababa de estrenar ‘Sombras tenebrosas (Dark Shadows)’ así que no me lo pensé dos veces y entré a descubrir lo nuevo de Tim Burton. Bueno, nuevo… realmente no hay rastro de originalidad en su último trabajo, aunque encuentro exageradas las duras críticas que ha recibido, como si el popular cineasta hubiera ofrecido la peor versión de sí mismo. Desde luego no es ‘Sombras tenebrosas (Dark Shadows)’ una de sus mejores películas pero tampoco de las peores.

Eva Green en la película Sombras Tenebrosas (Dark Shadows)

‘Sombras tenebrosas (Dark Shadows)’ arranca en 1752 y gira en torno a Barnabas Collins, el encantador heredero de una inmensa fortuna que comete el error de acercarse demasiado a una sirvienta, Angelique Bouchard, cuyo amor por él no es correspondido. Por desgracia para Barnabas, Angelique es una poderosa bruja y no está dispuesta a ver cómo su amado es feliz con otra mujer; gracias a su magia negra convierte al hombre en un vampiro y consigue que el pueblo lo condene a vivir enterrado eternamente. Sin embargo, Barnabas logra escapar dos siglos más tarde, en 1972 (un año después de que acabara la serie de Curtis), encontrando un mundo que no se parece nada al que dejó atrás, y regresa a su hogar, donde le espera una mansión en ruinas, un negocio estancado y una familia disfuncional. Además, Angelique continúa tan joven, hermosa y malvada como siempre, siendo la principal responsable de la mala situación que atraviesan los Collins. Pero Barnabas no dejará que vuelva a ganar…

Como sabréis, ‘Dark Shadows’ (‘Sombras de la oscuridad’ en España) fue una popular serie de televisión creada por Dan Curtis que mezcló las tramas melodramáticas con elementos y criaturas sobrenaturales; se emitió desde 1966 a 1971, llegando a superar los 1.200 episodios (hubo un remake en los 90 pero no tuvo éxito). Según cuenta Depp, fue durante el rodaje de ‘Sweeney Todd’ (2007) cuando expresó a Burton que debían hacer juntos una película de vampiros, a la vieja usanza, y le habló de llevar a la gran pantalla ‘Dark Shadows’, que había seguido con fascinación siendo niño; contaba además el actor con la bendición de Curtis, que le veía como la reencarnación perfecta del chupasangre protagonista, Barnabas Collins. El director conocía la serie y le interesó la propuesta, si bien el rodaje no pudo arrancar hasta 2011 por compromisos previos de ambos. Finalmente, la película contó con un gran presupuesto, 150 millones de dólares, pero Warner Bros. no supo cómo vender esta comedia fantástica gótico-pop y la recaudación en taquilla se ha quedado por debajo de lo esperado (75 millones en EE.UU., 210 en todo el mundo).

Bella Heathcote, Michelle Pfeiffer, Jackie Earle Haley, Johnny Depp, Chloë Grace Moretz, Johnny Lee Miller y Gully McGrath

Algo en lo que al parecer estuvieron de acuerdo desde un principio Depp y Burton fue en el enfoque que iban a dar a Barnabas tras la transformación. Querían recuperar la imagen tradicional del vampiro, sin dejar de ser fiel al retrato original del personaje. Así que Barnabas tiene largos colmillos, muerde y mata para alimentarse de sangre humana, puede hipnotizar a sus víctimas, le daña la luz del Sol y la plata, duerme en un ataúd y huele mal, entre otras características. Absolutamente nada que ver con ‘Crepúsculo’. La trama permite además incorporar algo que le sienta muy bien al personaje: la conservación de los modales, los conceptos y la manera de hablar del siglo XVIII. Depp adelgazó unos diez kilos para encarnar convincentemente a un personaje hambriento y demacrado, y el realizador le pidió que usara unos dedos postizos de largas uñas para darle un aspecto más siniestro, a lo Nosferatu.

Un maquillaje que recuerda inevitablemente a ‘Bitelchús’ (‘Beetlejuice’), un bastón similar al que usaba en la pequeña pantalla Jonathan Frid (fallecido curiosamente un mes antes del estreno, es uno de los actores de la serie original que realizan un cameo en el film de Burton, durante la escena de la fiesta), el vestuario diseñado por Colleen Atwood y el envoltorio musical de Danny Elfman (cuyo score se alterna con acertados temas populares de los años 70) terminan por crear al nuevo, trágico y solitario Barnabas Collins, un pez fuera del agua, el extraño héroe de una película con la que Burton no acierta con el tono, dando bandazos hacia la comedia, el terror y el drama de manera torpe, desequilibrada. Se percibe el talento del realizador por la atmósfera y su pasión por algunos personajes y elementos de la historia, pero fracasa a la hora de unir las piezas y de dotar de ritmo a la narración, que se va quedando sin fuerza conforme el guion de Seth Grahame-Smith (a partir de un tratamiento de John August) va revelando su simple estructura y sus parcheados, llegando a un clímax desganado y rutinario, falto de ideas.

Johnny Depp en Sombras Tenebrosas (Dark Shadows)

Un ejemplo del brusco balanceo de tonos es la secuencia del prólogo, que poco tiene que ver con el resto de la película. Es un arranque magnífico, oscuro y devastador, donde se presenta el pasado del protagonista y el inicio de su conflictiva relación con la hechicera que encarna Eva Green; este primer segmento y el trabajo de la actriz dando vida a la seductora, divertida y terrible Angelique es sin duda lo más positivo de ‘Sombras tenebrosas (Dark Shadows)’. Luego se comete el error de ofrecer el punto de vista de la nueva institutriz de los Collins, un personaje convencional interpretado sin mucha gracia por Bella Heathcote, cuando lo más acertado habría sido que el espectador descubriera todo a través de los ojos de Barnabas, con el que Depp no puede evitar repetir los gestos y las muecas del Capitán Sparrow; admiro a este actor, pero la película habría mejorado con alguien más fresco o quizá con un director más exigente con la estrella. No lo hace mal, conste, pero no logra crear un personaje singular.

Michelle Pfeiffer ilumina, como de costumbre, todas las escenas en las que aparece pero su personaje, al igual que los de Helena Bonham Carter, Chloë Grace Moretz, Johnny Lee Miller y Jackie Earle Haley están desaprovechados (como la breve aparición de Christopher Lee, un ilustre vampiro), quizá pensando en una segunda parte, algo que al parecer estaba en los planes de los responsables de ‘Sombras tenebrosas (Dark Shadows)’ desde el principio, si bien con los resultados en taquilla ya no parece tan probable, al menos en un futuro cercano. Es inevitable, tras sus últimos trabajos, preguntarse si Tim Burton ha entrado en una fase de declive artístico; personalmente, no le veo inspirado desde ‘Big Fish’ (que tampoco es una maravilla pero contiene grandes momentos) y de eso hace ya nueve años. La tragicómica aventura de Barnabas Collins nos devuelve algo de esperanza, se percibe la destreza y la peculiar mirada del director de la magistral ‘Ed Wood’, esperemos que ‘Frankenweenie’ (estreno en octubre) confirme su resurgir creativo.

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