'Rumbos', vidas cruzadas en la carretera

'Rumbos', vidas cruzadas en la carretera

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'Rumbos', vidas cruzadas en la carretera

Manuela Burló Moreno se estrenó como guionista y directora de largometrajes cinematográficos el año pasado con la prescindible comedia ‘Cómo sobrevivir a una despedida’, que protagonizaron Natalia de Molina y Úrsula Corberó. Este año vuelve con una propuesta muy diferente y mucho más personal y, todo hay que decirlo, también mucho más respetable (no era necesario esforzarse demasiado para superar en calidad a su anterior película…).

Con ‘Rumbos’, que fue proyectada en la 19ª edición del Festival de Málaga, la directora demuestra su experiencia en el cortometraje confeccionando una película coral que recuerda en su propuesta a filmes como ‘Vidas cruzadas’ (1993) de Robert Altman, ‘Magnolia’ (1999) de Paul Thomas Anderson y ‘Crash’ (2004) de Paul Haggis, es decir, está integrada por seis pequeñas historias que se desarrollan en tiempo real a lo largo de una calurosa noche de verano.

Un programa de radio sonando en varios vehículos

Ernesto Alterio En Rumbos

Estas historias tienen dos hilos conductores: por un lado un programa de radio presentado por Julia Otero y por otro, los automóviles, que en este filme se convierten en escenarios en los que se despliegan las acciones: un taxi, una ambulancia, un descapotable, un camión, un autobús… recorren Barcelona al son de las ondas radiofónicas. Durante la primera mitad, la conexiones entre unas historias y otras se realizan mediante detalles de gran sutileza y una vez que conocemos a todos se van intercalando nuevas escenas independientes según avanza la noche.

En cada vehículo sucede una historia diferente: una joven abandonada por su novio, un taxista que trabaja por las noches para estar con su mujer por el día, un camionero enamorado por primera vez a sus cuarenta y tantos, una prostituta con un duro pasado, dos adolescentes con ganas de marcha en un descapotable, una mujer que huye en autobús y dos conductores de ambulancia en puntos muy diferentes de sus vidas protagonizan esta película, que tras estar en la mente de Burló durante muchos años, llega ahora a los cines.

Una comedia muy dramática

Fotograma De Rumbos

En mi opinión, aunque el guión (que también tiene sus puntos de acción) no está del todo mal y algunos diálogos están logrados, Burló imprime demasiado dramatismo a este filme, que de comedia tiene solo la secuencia inicial y poco más. El problema está en que se tratan temas serios con un tono bastante ligero, pero no tan cómico como se pueda esperar y se echa en falta algo más de profundización en los personajes y en los dramas que nos presentan.

Algunas historias funcionan mejor que otras y si Burló consigue conectarlas inicialmente de una manera elegante y sencilla, en la secuencia final logra todo lo contrario: se fuerzan hasta el extremo las situaciones dramáticas y las conexiones entre personajes. Es una lástima porque a pesar de las carencias mencionadas consigue lo más importante en una película con tantos personajes, que es mantener el interés.

El inspirado elenco de actores

Karra Elejalde En Rumbos

Hay que decir que el reparto contribuye mucho al buen hacer de esta cinta, destacando, como no, a Carmen Machi, que tiene aquí una intervención que a mí ha conseguido llegarme adentro. También es loable la labor de la desaparecida Pilar López de Ayala que se mueve como pez en el agua con este papel tan en el límite entre el drama y la comedia. Tampoco me olvido de Karra Elejalde que logra desmarcarse (y muy bien) del rol cómico al que últimamente nos tenía acostumbrados.

Sea como sea, ‘Rumbos’ no deja de ser una película que merece la pena ir a ver, ya que su propuesta es original y está bien presentada. Con ella, la directora enmienda un poco sus errores pretendiendo que reflexionemos sobre cómo las decisiones que tomamos determinan nuestro rumbo en la vida, sobre las vueltas tan repentinas que da la vida y el amor… Al final y al cabo la vida es eso, un entresijo de carreteras con destinos, cruces y desvíos, que te obliga a tomar decisiones continuamente.

Lo mejor: Las planos aéreos con vistas espectaculares de Barcelona. Hay algún cameo interesante. Lo peor: Se echan en falta más momentos de comedia. El desenlace resta mucha calidad al conjunto.

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