'Lo que esconde Silver Lake': un desconcertante misterio que fascina y frustra con la misma facilidad

'Lo que esconde Silver Lake': un desconcertante misterio que fascina y frustra con la misma facilidad

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'Lo que esconde Silver Lake': un desconcertante misterio que fascina y frustra con la misma facilidad

Creo que ‘It Follows’ es una de las mejores películas de terror de los últimos años, situándola por encima de otros fenómenos similares como ‘Babadook’ o ‘Hereditary’, por lo que esperaba como agua de mayo la llegada de ‘Lo que esconde Silver Lake' ('Under the Silver Lake'), el tercer largometraje de David Robert Mitchell.

Las entusiastas críticas que ha ido consiguiendo tras su paso por diversos festivales solamente aumentaron mi “necesidad” de verla lo antes posible, por lo que no dudé en hacerlo en cuanto surgió la ocasión. Muchos la sitúan como una de las mejores películas de 2018, pero en mi caso me dejó algo decepcionado. Sí comparte cosas con lo que mostrado por Mitchell hasta ahora, pero con un enfoque con el que no terminó de conectar.

Una investigación trufada de pequeñas historias

Garfield Silver Lake

Ni siquiera hace falta entrar en el misterio principal que lleva al personaje interpretado por Andrew Garfield a iniciar una peculiar investigación para tener claro que las pequeñas historias que van surgiendo a lo largo del camino tienen tanto peso o más que su ansiada búsqueda de la joven que vivía casi al lado suyo para desaparecer de una forma desconcertante. Eso sí, no esperéis que muchas de ellas lleven a alguna parte.

A partir de ahí, Mitchell va creando un relato que mezcla descripción de la juventud actual y su difícil encaje en el mundo adulto con la forma en la que nos relacionamos con la cultura que consumimos. Eso lleva a ‘Lo que esconde Silver Lake’ a trufar el relato con detalles que se disfrutarán con mayor intensidad en caso de que conecten con obras que hayan dejado poso en el espectador, sea esto algo intencionado o no, siendo más probable lo primero en la mayoría de los casos.

El problema es cuando esa magia no surja en la mente del espectador y lo que se encuentre sea lo que por momentos da la sensación de ser un viaje a ninguna parte. Al final no acaba siendo el caso, ya que Mitchell ata cabos de forma quizá un tanto exagerada en su tramo final, pero ahí ya puede ser tarde para rescatar al espectador que no ha seducido por completo. En mi caso hubo detalles que me fascinaron -el código secreto de los vagabundos- pero también otros que simplemente no encajaron en mi cerebro.

Las “limitaciones” de ‘Lo que esconde Silver Lake’

Escena Silver Lake

A veces uno olvida que no todo el público tiene los mismos códigos a la hora de leer una historia y en el caso de ‘Lo que esconde Silver Lake’ sucede que sencillamente es una propuesta de nicho. Esa confusión encuentra buen acomodo en** un inspirado Garfield**, un detective tan peculiar como la propia película cuya vida había estado condenada hasta entonces a un fracaso vital que a menos no anulaba por completo su existencia.

No obstante, la parte de pura investigación llega a resultar frustrante en algunos momentos, algo compensado en parte por la forma de asociarlo a la situación de desamparo de la juventud. Ahí es donde ‘Lo que esconde Silver Lake’ encaja mejor con los dos anteriores trabajos de Mitchell, pero en sus dos anteriores trabajos manejaba de forma mucho más satisfactoria sus referentes.

En ‘El mito de la adolescencia’ sabía cómo dar un giro a la imagen del adolescente que nos vende Hollywood y en ‘It Follows’ prologarlo usando el cine de terror en la línea de John Carpenter -las excelentes escenas de acecho traían de forma inevitable a la mente a Michael Myers en ‘La noche d Halloween’-, mientras que aquí da un salto mortal y solamente caerá de pie con la ayuda de algunos espectadores y mucho me temo que yo no soy uno de ellos.

En definitiva, ‘Lo que esconde Silver Lake’ es probablemente la película más trabajada de su director y será un auténtico deleite para aquellos que sepan sacar todo el jugo a los referentes que maneja Mitchell aquí, aunque ahí me queda la duda de hasta qué punto la película funcionaría sin esa reflexión adicional a lo que realmente aporta en sí misma. Pese a ello, es interesante, impecable técnicamente y el personaje Garfield funciona bastante bien como eje del resto.

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