'Malavita', divertida y consciente de sus limitaciones

'Malavita', divertida y consciente de sus limitaciones
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Su cine --y el producido por él-- puede gustar más o menos, pero Luc Besson ha demostrado que en Europa existe la capacidad para crear thrillers de acción con suficiente atractivo para que gocen de una buena acogida por parte del público de cualquier país. Sin embargo, parece que no hay muchos interesados en potenciar esa vía, algo incomprensible se mire como se mire y que sólo sirve para fomentar la tiranía de Hollywood en esta faceta, ya que las estimables producciones asiáticas que abordan dicho género rara vez gozan de un estreno digno en muchos países --no hace falta más que recordar casos como el de ‘Redada asesina’ (‘Serbuan Maut’, Gareth Evans, 2011), que ni siquiera llegó a verse en salas comerciales en España--.

Es obvio que es muy diferente alabar la existencia de estas películas que el interés individual de las mismas, ya que Luc Besson ha avalado obras muy olvidables --si me pudiera a enumerar, seguramente tendría que dedicar al menos un párrafo a la mera mención de sus títulos--. Sin embargo, también está detrás de películas bastante estimables, ya sea limitándose a participar como productor --‘Los tres entierros de Melquiades Estrada’ (‘The Three Burials of Melquiades Estrada’, Tommy Lee Jones, 2005)--, escribiendo también el guión --‘Venganza’ (‘Taken’, Pierre Morel, 2008)-- o dirigiéndolas --‘El profesional (León) (‘Léon’, 1994)--. Mañana llega a los cines españoles ‘Malavita’ (‘The Family’, 2013), su nuevo trabajo tras las cámaras y otra más que unir a este segundo grupo.

’Malavita’, un efectivo thriller cómico

Robert De Niro y Tommy Lee Jones en

No creo que vayáis a encontrar a muchos críticos que cada año incluyan alguna película de acción entre las mejores del año, ya que parece que el género padece alguna especie de estigma y que queda mucho mejor centrarse en destacar a los títulos en la órbita de los Oscar u otros premios concedidos a lo largo del año, quedando a gusto de cada uno el resaltar además el nuevo trabajo de alguno de sus directores favoritos. Sólo en este segundo caso parece haber espacio para algo que se salga de lo más habitual y tengo claro que no pocos casos es un mero ejercicio de sinceridad por parte de la persona en cuestión, aunque estoy convencido de que también los hay que disfrutarán de títulos como ‘Malavita’, pero luego nunca reconocerán los valores cuando una cinta así consigue ser suficientemente redonda, algo que ya os adelanto que no sucede en el caso que nos ocupa.

Centrándonos ya específicamente en ‘Malavita’, su premisa es bastante sencilla: Un mafioso y su peculiar familia viven en Francia como parte de un programa de protección del gobierno, ya que el padre delató a sus antiguos compañeros para así evitar ser encarcelado. Una excusa argumental no demasiado novedosa, pero que no lo es tanto si tenemos en cuenta que Besson apuesta por un tono más desenfadado, con una gran cantidad de situaciones cómicas para deleite del espectador que simplemente quiera pasar un buen rato. Puede que haya quien se acuerde de la simpática ‘Falsas apariencias’ (‘The Whole Nine Yards’, Jonathan Lynn, 2000) y lo cierto es que comparten varias virtudes y unos cuantos defectos, pero ‘Malavita’ consigue un equilibrio mayor entre el humor, el "desarrollo" de personajes y la inevitable confrontación final en la que la seriedad ha de crecer en importancia.

Robert De Niro haciendo de las suyas

Una de las claves para que ‘Malavita’ no sea un pasatiempo vulgar es que los momentos de lucimiento no se limitan a mostrarnos a un Robert De Niro bastante juguetón --especialmente conseguidos los momentos que comparte con un meramente correcto Tommy Lee Jones-- haciendo de las suyas, sino que todos los miembros de la familia, desde una divertida Michelle Pfeiffer hasta un bastante solvente John D’Leo, tienen su espacio para brillar –aunque tengo que reconocer mi predilección por la escena de la que está sacada la imagen que está justo encima de este párrafo-, sin importar para nada la fama o méritos previos de sus intérpretes --tengo claro que a la bella Dianna Agron la contrataron por la eficacia que tuvo mostrando la evidente bipolaridad de su personaje en la televisiva ‘Glee’ (Varios directores, 2009-En emisión)--.

Además, estamos ante una familia muy bien avenida en la que todos sus integrantes resultan interesantes por un motivo u otro, por lo que Besson se permite el lujo de deleitarse en sus objetivos. En ningún caso diría que profundiza en ellos, ya que parece sentirse más cómodo explorando detalles superficiales y el jugo que puede sacar de ellos y no está por la labor de complicarse demasiado. Eso es algo que también se nota en su trabajo de puesta en escena, donde se agradece que al menos no opte por el piloto automático o por ciertos excesos poco afortunados mostrados en su momento en cintas como ‘Juana de Arco’ (‘The Messenger: The Story of Joan of Arc’, 1999), sino que se muestra comedido y acierta en todos los momentos que decide mostrar los excesos de la familia protagonista o apuesta por elegantes elipsis para mostrarnos acto seguido sus consecuencias.

Michelle Pfeiffer en

Ahora sería el momento ideal para empezar a atacar los puntos débiles de ‘Malavita’, pero lo que sucede en este caso es que es una película que en ningún momento aspira a ser brillante o revolucionaria, sino un agradable pasatiempo con el que puedan disfrutar tanto los que busquen una comedia como los que quieran algo un poco más movido y, por así denominarlo, emocionante. Cierto que la cosa decae un poquito en su tramo final, pero incluso ahí se logra mantener el tono humorístico, sin provocar agotamiento alguno en el espectador.

También hay una pequeña tendencia a la redundancia --en el fondo toda la familia acaba recurriendo a la violencia para salirse con la suya-- y la relación entre ciertos personajes podría ir mucho más allá, pero no es una molestia, sino un añadido más a la superficialidad predominante --lo único que realmente puede hacerse molesto es la forma en la que descubren los mafiosos la localización de los protagonistas-- que impide a ‘Malavita’ ser algo más memorable, pero que también sirve para que todo encaje con corrección. ¿Podría ser mejor? Sí, y mucho, pero Besson simplemente quiere entretenernos y lo consigue.

Dianna Agron en

‘Malavita’ es una buena forma de pasar el rato sin pedirles peras al olmo, ya que cumple con todo lo que promete y no se anda con tonterías o subtramas que no encajen en el conjunto. Personajes agradables y con cierto gancho, un sentido del humor efectivo en la abrumadora mayoría de ocasiones y una correcta evolución de la historia para que aburrirnos sea algo complicado. Recomendable.

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