'La Niebla', el terrible ser humano

'La Niebla', el terrible ser humano
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Frank Darabont, después de su fallida 'The Majestic' (uno de esos ejemplos de lo que pudo haber sido y no fue, y tal vez el hecho de que Darabont no fuera su guionista tuvo mucho que ver), estuvo dando bandazos, produciendo films como 'Collateral', alguna que otra serie de televisión, y sobre todo empleando buena parte de su tiempo preparando el que, según Spielberg, es el mejor guión jamás escrito para una película de Indiana Jones, pero el señorito George Lucas quiso salir en escena, y rechazar el mismo sabe Dios porqué razones. El caso es que Darabont estaba todo ilusionado con ese trabajo, y terminó con un enfado de órdago con tito George. El director de 'Cadena Perpetúa' se entregó entonces en alma y cuerpo a lo que mejor sabía hacer: adaptar a Stephen King, pero esta vez con una historia de terror, yendo mucho más allá.

Todos y cada uno de los fotogramas de 'La Niebla' respiran amor al Cine como pocas veces se ha visto recientemente. La primera escena es toda una declaración de intenciones, un dibujante de afiches de películas (realizados para el film por el mítico Drew Struzan) trabaja en el estudio de su casa, en la que hay un póster de 'La Cosa' de John Carpenter y una tormenta se acerca (presagio de lo que va a ocurrir). Sólo con esos elementos ya sabemos qué pretende Darabont: homenajear la serie B. Tanto es así que quiso estrenar la película en blanco y negro, algo a lo que la productora se negó, para intentar ser como esos viejos films de los años 50 que cuentan historias similares. En el dvd americano (por cierta, una gloriosa edición) puede verse la película tal y como la concibió su director.

SPOILERS

El argumento de 'La Niebla' versa sobre un grupo de ciudadanos de la localidad de Maine que, tras una tormenta que a su paso ha dejado algunos desperfectos en el pueblo, acuden al supermercado para abastecerse un poco. De repente una misteriosa niebla cubre todo el lugar, y en ella parece ocultarse algo terrible, algo inhumano, que siembra la muerte a su paso. La gente decide entonces refugiarse en el supermercado. Dentro del mismo se sucederán todas las situaciones imaginables, y alguna más. El guión de Darabont es un absoluto prodigio, por cuanto utiliza el clásico esquema de película de terror para contarnos algo más que una simple historia para no dormir. En realidad, Darabont nos habla sobre lo terriblemente patético y autodestructivo que es el ser humano. En la película hay monstruos que acosan el supermercado matando a todo aquel que se les ponga por delante, seres inimaginables por el hombre, haciendo hincapié en el miedo a lo desconocido. Pero el verdadero monstruo es el propio ser humano, el único capaz de las más grandes barbaries. Es curioso como Darabont compara los actos terroríficos de los monstruos, lógicos visto desde cierto punto de vista, con los actos de los seres humanos, totalmente ilógicos, movidos por el miedo, la ignorancia y la incomprensión, y sobre todo por la incomunicación entre ellos. Aterradora la frase que dice uno de los personajes: "mete a dos seres humanos en una habitación y pronto empezarán a pensar en razones para matarse el uno al otro ¿por qué crees que se inventó la política y la religión?"

Respecto a esto último, se utiliza un personaje realmente repulsivo como punto de inflexión en la historia, el de una fanática religiosa que poco a poco va convenciendo a algunos de los encerrados en el supermercado de pasarse a su bando (que proclama que es el fin de los tiempos), demostrando una vez más que la religión, sobre todo la católica, basa su éxito en el miedo y la ignorancia de las pobres gentes que tienen la desgracia de dejarse embaucar por uno de estos "iluminados". La actriz Marcia Gay Harden realiza un portento de interpretación, logrando no pasarse de la raya, y legando a ser temible debido a la importancia que sus creencias van tomando en el desarrollo de la trama. Personaje odioso donde los haya, protagoniza un momento cumbre, cuando el carismático Toby Jones decide tomar cartas en el asunto en una secuencia antológica en la que el se decide el destino de la "predicadora". Reconozco que estuve más o menos un minuto aplaudiendo de lo emocionado y contento que me puse, y seguro que no fui el único. Darabont demuestra con ello su capacidad para lograr que el espectador se involucre en sus películas de forma total. En la película no faltan los momentos de suspense o terror, teniendo dos o tres secuencias que entran a formar parte de los mejores momentos del género. Cualquiera de los dos ataques están planificados impecablemente, con un inteligente uso de los espacios, y sobre todo un momento en una farmacia absolutamente aterrador, que bien puede verse como un homenaje a 'Aliens, el Regreso', la magistral película de James Cameron. Los efectos visuales, intencionadamente defectuosos por su acercamiento a la serie B, cumplen con creces su intención, pues no se trata de alcanzar la perfección técnica. Darabont hace creíble todas las situaciones, y se corona cuando filma sin complejos a los monstruos, de formas horribles, logrando que nos los creamos y les temamos, algo inaudito viendo esos efectos visuales. Exactamente igual que en algunos títulos de los años 50. Los personajes desconocen todo lo que ocurre fuera de su refugio (curioso, Darabont sigue haciendo cine carcelario), salvo por las indicaciones de un soldado que habla de puertas de otros universos abiertas en experimentos, pero lo que han visto les llega para tener el más grande de los miedos.

Y cuando el film parecía que había jugado todas sus cartas, llegan los últimos quince minutos, utilizando un tema de Dead Can Dance (irónico, en verdad) dando como resultado uno de los mejores empleos de un tema musical en una película, y nos regala uno de los finales más gloriosos, arriesgados y desesperanzadores jamás vistos en una pantalla. Un final que demuestra que Darabont los tiene bien puestos, no sólo por apartarse totalmente del final de la novela (King se ha declarado fan de la resolución del film), sino por ofrecer algo atípico, con una enorme carga irónica y hasta de mala leche, que termina de redondear las intenciones del producto: el ser humano no vale para nada, el instinto de supervivencia no vale para nada, y las decisiones tomadas en momentos de desesperación, pueden ser tanto acertadas como erróneas.

Una obra maestra. Un canto al cine de género que encierra mucho más de lo que parece a simple vista (de hecho, su trailer es uno de esos que no le hacen ni la más mínima justicia al film, sino más bien todo lo contrario). Darabont filma con pasión, con garra, con una puesta en escena que recuerda a Spielberg (su más clara influencia), filmando en algún momento con cámara en mano, casi en tono documental, y demostrando que es un de los pocos directores actuales que es tan buen director como guionista. Y además consigue que un actor como Thomas Jane esté efectivo en su papel. Algo como eso sólo lo consiguen los grandes directores.

'La Niebla' ('The Mist', 2007) se estrena mañana viernes, entre nosotros, con muchos meses de retraso, pero la espera merece la pena, porque de momento es la mejor película del año.

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