'La habitación', emociones encerradas

'La habitación', emociones encerradas

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'La habitación', emociones encerradas

Quedan poco más de 48 horas para conocer los ganadores de la 88ª edición de los premios Oscar, por lo que las votaciones ya están cerradas y los nominados simplemente pueden limitarse a esperar. Sin embargo, muchos españoles han tenido que esperar hasta hoy 26 de febrero para poder ver en cines todas las aspirantes, ya que no ha sido hasta ahora cuando han llegado a las salas 'Brooklyn' y 'La habitación' (Room).

Tengo bastante claro que las opciones de victoria en la categoría de reina de ambas cintas son prácticamente inexistentes. En el caso de la primera no tengo ningún problema con ello, ya que no es más que un correcto drama con una muy buena actuación de Saoirse Ronan, pero la cosa cambia con la que ahora nos ocupa, ya que es una extraordinaria película, la mejor entre las ocho nominadas, con unas magníficas interpretaciones de su dúo protagonista.

Talento con las ideas claras

Jacob Tremblay Brie Larson La Habitacion

Uno de mis principales problemas últimamente con muchas películas es que eran títulos que buscan emocionar al espectador, pero que en mi caso ya no es sólo que no consigan llegarme, sino que en algunos casos hasta me provocan una molesta indiferencia. Precisamente ese era uno de los motivos de que 'Marte (The Martian)' fuera mi favorita hasta ahora entre las nominadas, y es que podéis criticar todo lo que queráis a Matt Damon, pero él realmente daba corazón a la película.

La cuestión es que ‘La habitación’ ha conseguido ir un paso más allá creando un relato que tiene mucho de fábula y que aborda un tema muy espinoso que en otras manos podría haber dado pie a un telefilm de categoría dudosa de esos que tanto suelen verse durante las sobremesas de los fines de semana en Antena 3. Aquí jamás llega a dar esa sensación.

Una de las claves para ello es el guion de Emma Donoghue a partir de su propia novela, ya que es cierto que la manipulación sentimental está ahí, pero apostando siempre por una evolución lógica de la historia y por no detenerse más de la cuenta en subrayar determinadas situaciones. Aquí todo está hecho con tacto y buen gusto para mostrarnos los viajes emocionales de sus dos protagonistas, ambos bien definidos y con una evolución clara y acertada.

Foto Brie Larson Y Jacob Tremblay En La Habitacion

De hecho, el libreto hace aún gran mostrando cómo las emociones encerradas de Joy y Jack van exteriorizándose paulatinamente y reaccionando ante los descubrimientos o los cambios. Todo ello con una estructura que divide ‘La habitación’ en dos diferentes mitades, y no me extrañaría que en algún caso consideran como convencional la segunda. Quizá por ello es cuando las emociones se intensifican y a mí fue cuando la película me terminó de conquistar.

Eso sí, en todo momento reina una llamativa delicadeza que impide cambios bruscos de tono, ya se esté optando por una aproximación más sutil a lo que sucede o por un enfoque totalmente abierto en el que son Jacob Tremblay -un escándalo que no esté nominado al Oscar- y Brie Larson los que sujetan todo con lo que imagino habrá supuesto un titánico esfuerzo, pero hacen que todo parezca tan fácil que te desarman por completo.

Todo ello también se traslada a la aportación de los secundarios, los cuales dan exactamente lo que le pide la película sin dar nunca la sensación de que podrían haber aportado más. Es cierto que quedan al servicio de Tremblay y Larson, una decisión con ciertos peligros, pero percibimos que esa es realmente su misión y que yendo más allá podrían haberse convertido en una molestia, por lo que jamás llegamos a pensar que están siendo desaprovechados.

’La habitación’, la mejor de las 8 candidatas al Oscar

Brie Larson La Habitacion

Sí que es cierto que formalmente carece de la meticulosa atención técnica de la que por ejemplo hacía gala 'El renacido (The Revenant)' o del maravilloso frenesí de 'Mad Max: Furia en la carretera' (‘Mad Max: Fury Road’), pero es que Lenny Abrahamson jamás se preocupa por querer ser el protagonista. Él opta por una elegancia contenida con una ligera querencia hacia lo poético para resaltar esa naturaleza de fábula que mencionaba más atrás.

No obstante, sería un error obviar los méritos de Abrahamson por no ser más evidentes -no esperéis aquí grandes alardes-, algo que también me hizo acordarme de aquellos que vieron a un Spielberg en piloto automático en 'El puente de los espías' (Bridge of Spies) cuando yo ahí vi a un cineasta haciendo gala de una madurez exquisita.

Aquí no llega a esos niveles, pero sí que le da el toque visual que le pide el tono que demanda el guion de Donoghue y además dándole otra vida, e incluso una frescura que ayuda a que aceptemos como natural el ritmo de la película en lugar de pensar que quizá algo más de rapidez o pausa en ciertos momentos podría haberle venido bien, que es uno de los problemas que tuve con 'Spotlight' como resultado de su frialdad expositiva.

Jacon Tremblay La Habitacion

Además, Abrahamson acierta de pleno dando el hueco necesario para que los dos protagonistas pueden respirar e ir mostrando su transformación emocional, algo clave para que la película tenga tanta fuerza dramática y también para que el efecto que tiene en el espectador vaya aumentando de forma progresiva hasta dejarte al borde del KO emocional durante su desenlace.

Es verdad que ‘La habitación’ carece del desparpajo que sí tenía 'La gran apuesta' (The Big Short) y que tan bien le sentaba a la cinta de Adam McKay, pero es que tampoco lo necesita. Aquí se tienen las ideas igual de claras o más y se apuesta por un estilo mucho más sosegado que es perfecto para que la película clave sus aspiraciones y en algunos aspectos hasta las excede -increíble que hasta logren evitar que Tremblay llegue a ser odioso en momento alguno-.

En definitiva, ‘La habitación es una obra que roza la maestría y solo algún detalle menor le impide alcanzarla en términos globales. No obstante, es una maravilla que consigue acceso con una facilidad inusitada a nuestras emociones y nos hace caer rendidos ante el despliegue de talento de sus dos protagonistas. Por películas así me gusta tanto el cine y merece la pena tener que tragarse bodrios de forma más habitual que cintas de esta categoría. Bravo.

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