'La Extraña que hay en ti', ella es la justicia

'La Extraña que hay en ti', ella es la justicia
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Dice mi compañero Chico Viejo en su crítica de la película de Neil Jordan, que a pesar de que la traducción de su título original, 'The Brave One', era simplemente horrorosa, viendo el film entiendes el porqué le pusieron el título que le pusieron aquí en nuestro queridísimo país. Y vaya si lo entiendes, como que te lo repiten continuamente cada vez que la pesada voz en off, que es la de la protagonista, suena, que desgraciadamente son muchas veces, y la palabra "extraña" termina convirtiéndose en una rareza de vocablo, que es lo que sucede cuando repites mucho una palabra.

'La Extraña que hay en ti' contiene el mismo mensaje que cualquiera de las películas que se hacían en los 70 y parte de los 80 protagonizadas por Charles Bronson y demás fotocopias. Pero aquello eran productos única y exclusivamente para pasar el rato, realizados con poca convicción y con un aire fastizoide bastante preocupante, y que afortunadamente nadie las tomaba en serio. Ahora, con un director como Jordan dirigiendo el cotarro, y poniendo a una mujer en el papel principal, la cosa cambia, y ese mismo mensaje llega de forma más cruda, y el aceptarlo o no, es evidentemente cosa nuestra.

El argumento sigue a una mujer que ha perdido en un brutal ataque de unos desalmados, a su prometido y casi su propia vida. Llena de rencor tratará de imponer una justicia que los métodos legales no son capaces de administrar, por lo que se hará con un arma y se dedicará a limpiar las calles de la ciudad de toda la escoria humana que las pueblan.

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Técnicamente el film es casi impecable, sobre todo en el tratamiento visual, gracias a la labor de Philippe Rousselot en la fotografía, uno de los grandes aciertos del film, y que le aleja considerablemente del tufillo televisivo/impersonal en el que podría haber caído una película de estas características. Por supuesto tenemos también una labor actoral bastante aceptable, sobre todo por parte de Jodie Foster, quien una vez más pone toda la carne en el asador y está simplemente fantástica, conjuntando muy bien sus dotes interpretativas con cierta belleza rara, por así decirlo, que va muy acorde con el personaje y lo que se pretende transmitir. Terrence Howard si cabe está un poco menos entregado, aunque bastante eficiente, no obstante su personaje es mucho más tópico y está peor tratado. En papeles secundarios, la antaño morbosa Mary Steenburgen, y Naveen Andrews, recién salido de 'Lost', pero salen tan poco que sus intervenciones son anecdóticas, y eso que el segundo es de vital importancia.

La película se debate entre escenas muy interesantes y bien realizadas, y otras que no lo son tanto, y que casi rozan el absurdo y la incongruencia. Al primer grupo cabe citar todas y cada una de las escenas en las que nuestra protagonista sale a hacer de justiciera, y al segundo grupo las escenas de corte íntimo, sobre todo las que tiene que ver con el personaje de Howard, cuyas reacciones por otro lado no están del todo justificadas en la parte final. También habría que acusarla de cambios de ritmo bruscos que la dañan bastante, aunque en ningún momento se hace aburrida.

Aunque el guión podría haber estado mucho mejor pulido, lo cierto es que el film logra transmitir la angustia de una persona que vive en la desesperación por aplicar justicia, y que estemos de su parte, aunque eso sea un error. Evidentemente, la cosa tiene truco. Para ello se nos pinta a unos maleantes de lo más vil, exagerando su maldad para que cuando la justicia sea aplicada no sintamos el más mínimo remordimiento por ello. En ningún momento se nos plantea la posibilidad de aplicar justicia con alguien menos malo, porque al fin y al cabo la película sólo trata de decirnos que la muerte sólo la merecen los muy, muy malos. Ante tal barbaridad, el director opta por jugársela al espectador de forma bastante convincente, logrando que éste desee lo que el personaje femenino hace. Viendo el film me acordé de 'Tiempo de Matar' donde se realiza la misma operación, y se coronaba con un discurso final de Matthew McConaughey de una ambigüedad moral impresionante pero a todas luces efectivo. SPOILER. También me acordé del final de 'Seven', donde creo que todo el mundo en el lugar de Brad Pitt habrían hecho exactamente lo mismo. Pues en esta película ocurre igual. FIN SPOILER.

Una película correcta, bastante irregular, y con sus aciertos, fílmicamente hablando. Atención a esas tomas aéreas finales siguiendo al personaje central, cuando todo se ha resuelto, y que tienen un cierto toque onírico. También la película es extraña por momentos, y ahí reside parte de su atractivo.

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