Jerry Goldsmith | 'Río Conchos', de Gordon Douglas

Jerry Goldsmith | 'Río Conchos', de Gordon Douglas

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Jerry Goldsmith | 'Río Conchos', de Gordon Douglas

La última entrega que os ofrecimos allá por principios de febrero de este especial de Jerry Goldsmith —que, por injerencias diversas, esta sufriendo una dilatación considerable en lo que debería haber sido su normal discurrir bi-semanal— se centró en uno de esos muchos trabajos del compositor que denominábamos como alimenticios; partituras para filmes de muy baja estofa que, ajustándose a lo limitado de su calado artístico, aparecen como una nota al pie en el listado de la vasta producción del maestro.

No es ese el caso con la cinta que hoy os traemos, una 'Río Conchos' (id, Gordon Douglas, 1964) que permitiría al músico adentrarse de nuevo en los terrenos del género que lo había visto "nacer" en la gran pantalla y que, habiendo ocupado tres de las quince entradas que llevamos publicadas en el recorrido por la carrera de Goldsmith, encuentra aquí el que será uno de los tres mejores ejemplos de lo que el compositor fue capaz de ofrecer cuando sus pentagramas habían de poner sonido al far west.

'Río Conchos', vueltas innecesarias

Rio Conchos 1

Considerando que adoro el cine de Sergio Leone, y que una de las mayores virtudes que le encontré a la prodigiosa 'Los odiosos ocho' ('The Hateful Eight', Quentin Tarantino, 2015) fue su letánico ritmo, que la traba principal que le interpondría a 'Río Conchos' sea su duración podría parecer paradójico. Pero creo que no lo es tanto si atendemos a las razones que se encuentran tras la afirmación de que a filme le sobra una buena ración de metraje.

Unas razones que se basan, fundamentalmente, en el hecho de que la historia que cuenta la producción de la 20th Century Fox y que dirige ese ecléctico artesano que fue Gordon Douglas, no da ni de lejos para la hora y cuarenta y siete minutos sobre los que se prolonga el relato de unos militares que deberán asociarse con un veterano sudista para intentar recuperar las armas que un antiguo coronel confederado pretende vender a las ansias de sangre de una banda de "malvados" Apaches.

Una historia que echa mano de situaciones trilladas cada vez que puede y que, sin muchas sorpresas en el terreno argumental —casi ninguna si a lo que hemos de referirnos es a su conclusión— juega como bazas a su favor una dirección efectiva que saca buen partido del formato y las localizaciones, y unos actores de entre los que destaca sobremanera el insigne Richard Boone como James Lassiter, el sudista ex-alcohólico que acompañará a su pesar a Stuart Whitman y Jim Brown en la búsqueda de las armas robadas.

Rio Conchos 2

Bordando un papel nada complaciente que en sus manos adquiere un enorme carisma, es gracias a los matices que tanto Boone como sus compañeros —y no quisiera olvidarme del simpático caradura que interpreta Tony Franciosa— aportan a los personajes que 'Río Conchos' se sigue con puntual interés cuando el relato trasvasa el foco de los grandes espacios, las persecuciones y las secuencias de acción al desarrollo de unos protagonistas que se alzan como lo mejor del libreto escrito a cuatro manos entre Joseph Landon y Clair Huffaker, autor de la novela original en la que se basa el filme.

Habituales ambos del género —Huffaker desarrolló casi la totalidad de su carrera en títulos pertenecientes al western— sorprende en el desarrollo de la historia el tratamiento que se le da al personaje de la india encarnada por la bella Wende Wagner, no tanto por lo que se pone en boca de ella —que es casi nada— como por el hecho de la evolución que los rudos hombres que la encuentran van mostrando conforme avanza el metraje.

Pero, como decía antes, los esfuerzos vertidos en la creación de los personajes quedan algo deslucidos por mano de una historia que evita ir al grano y da demasiadas vueltas para lo que en realidad cuenta, un mal éste que, no obstante, no arruina del todo la función y permite, en todos esos momentos que podrían sobrar, que nuestra atención se mude al magnífico trabajo en los pentagramas que ofrece Jerry Goldsmith.

'Río Conchos', la música

Rio Conchos 3

Uno de los sellos que más hizo durante finales de los noventa y principios de éste siglo por rescatar scores del Hollywood clásico y presentarlos completos en unas cuidadas ediciones plagadas de anotaciones y análisis tema a tema fue el desafortunadamente desaparecido FSM, un blasón derivado de la mítica Film Score Monthly que sirvió a Lukas Kendall, su fundador, para poner en circulación 250 compactos que hoy son, casi sin excepción, codiciadas piezas de coleccionismo.

Con el número quince y fecha de diciembre de 1999, FSM publicaba 'Río Conchos', una banda sonora que hasta entonces habíamos podido disfrutar recortada en la edición previa que Intrada había publicado en 1989 —en un disco que se abría con el maravilloso prólogo para 'El tormento y el extásis' ('The Agony and the Ecstasy', Carol Reed, 1965)— y que aquí, con 74 minutos de duración, descubríamos en toda su plenitud acercándonos, ya lo decía al comienzo, a uno de los mejores trabajos que Goldsmith compuso para sus muchas incursiones en el western.

Sin alejarse en exceso de las tonalidades que ya le habíamos escuchado en sus trabajos previos para el género, y asumiendo que la cinta da lugar a numerosas ocasiones en las que, si no fuera por las orquestaciones —que incluyen, como no, guitarra española, castañuelas y hasta lo que parece el chasquido de un látigo—, podríamos pensar que estamos ante una de las producciones de cine negro que ya hemos aireado por aquí, es en su vertiente más espectacular donde el score de 'Río Conchos' brilla con especial intensidad.

Y lo hace gracias a la capacidad para transmitir la sensación de épica y grandeza que el género tuvo en sus mejores exponentes. Unas cualidades que podemos rastrear sin dificultad en el soberbio tema principal y en el imaginativo uso que las citadas orquestaciones —obra de Arthur Morton, el profesional al que, sin duda, más le debe junto a Alexander Courage la música de Goldsmith— hacen de la pegadiza melodía que éste expone cada vez que irrumpe en la acción.

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