'Cry Wolf', no me mientas que te creo

'Cry Wolf', no me mientas que te creo
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Las películas de terror para adolescentes inundan nuestras pantallas desde hace siglos, bueno, quizá un poco menos. Todos los años tenemos un par de productos o más, que siempre con el mismo esquema argumental, intenta hacérnoslo pasar mal y, si puede, reventar las taquillas. Leyendas urbanas, conocimientos de los últimos veranos, san valentines sangrientos y un montón de títulos más, no hacen más que repetirse y copiarse los unos a los otros, y contribuir al aburrimiento del espectador, que ya empieza a estar harto de esto tipo de películas, herederas directas de grandes títulos de los 70 como 'La Matanza de Texas' o 'Halloween'. 'Cry Wolf', que se estrena el próximo viernes, es una nueva muestra de este tipo de cine. La película que data del 2005, toma prestados los elementos de todos esos films y le añade unas gotas de originalidad propia, más algunas cosillas de un film estrenado hace unos años titulado 'Rumores que Matan', y que no estaba mal.

El argumento gira en torno a un grupo de jóvenes estudiantes que deciden gastar una suculenta broma a todo el colegio. Hacen correr el rumor de que el asesino de una joven encontrada muerta recientemente, se haya en dicha escuela, la cual ha escogido como lugar para seguir matando gente. Evidentemente, y como en todo film de terror moderno que se precie, dicho rumor se convierte en realidad, y muy pronto cosas extrañas comenzarán a suceder, despertando el nerviosismo en el grupo de amigos, los cuales empiezan a desconfiar los unos de los otros.

Argumentalmente, la película tiene su gracia. Nos encontramos, cómo no, ante otro de esos films con sorpresa final y abundantes giros en su guión. Pero hete aquí, que prácticamente todos están bien explicados y tienen una coherencia sorprendente. Por una vez, en este tipo de películas, no se toma al espectador por idiota, y nos encontramos con una historia que nos divierte, nos entretiene, e incluso nos desafía a buscarle errores de argumento tan típicos de estas producciones, pero que, en este caso no hallamos, debido a que sus dos guionistas sabían perfectamente lo que hacían.

Desgraciadamente, todo se acaba ahí. El resto de la película no hay por donde cogerlo. Y me refiero, cómo no, al apartado técnico, el cual hecha por tierra las buenas intenciones del film. Para empezar, la puesta en escena de su director es completamente penosa. Jeff Wadlow, que ha estado más inspirado en el libreto que en la silla de dirección, se nota torpe al poner en imáganes una historia más que interesante. Los asesinatos que se producen en el film están resueltos con los típicos flashes de luz y sonido, montados tan nerviosamente como siempre. Y aunque acierta en su tono casi onírico al representarlos, se descubre cuando realmente no muestran nada. Algunos de los sustos son demasiados tópicos, a la par que predecibles, y estropean considerablemente el interés del relato.

Los actores son otro de los puntos débiles de la película, a lo que hay que sumar lo terriblemente planos que son los perosnajes, todos ellos sin excepción. Colocar a un tío como Jon Bon Jovi en el reparto hace que el espectador más espabilado se ponga a la defensiva, no porque su personaje pueda ser más importante de lo que parece, sino por comprobar muy de cerca lo mal que está el cantante éste en el rol de profesor. A su lado, una chiquilla realmente preciosa, y que se alza como lo mejor del grupo de descerebrados que pueblan el film, Lindy Booth, una tipa muy morbosa, que es capaz de poner mirada inquietante, pero que como se vea relegada siempre a este tipo de productos, me temo que acabará siendo carne de videoclub o de series de televisión.

Una pena. Para una vez que una película tiene todas las de ganar con un argumento juguetón, bien expuesto y mejor resuelto, van y meten la pata con todo lo demás, quedándose en un fallido film, por encima de lo que suele ofrecernos este tipo de cine, pero fallido al fin y al cabo.

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