Cine en el salón: 'Up', tocar el infinito...y más allá

Cine en el salón: 'Up', tocar el infinito...y más allá

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Cine en el salón: 'Up', tocar el infinito...y más allá

Un anciano echa a volar con su casa gracias a un millar de globos que la levantan del suelo y, acompañado por un pequeño boy scout, viaja a sudamérica para cumplir el sueño de su desaparecida mujer. Por mucho que confiara a ciegas en el criterio de los responsables de la productora, ante tal descripción, mi expresión de total incredulidad acerca de lo que Pixar iba a ofrecernos después de esa obra maestra indiscutible que había sido 'Wall-E. Batallón de limpieza' ('Wall-E', Adam Stanton, 2008) —y ya iban ocho en el recorrido de la productora— lo decía todo. Pero 'Up' (id, Pete Docter y Bob Peterson, 2009) iba a demoler todos mis prejuicios...desde los cimientos.

Décima incursión de la casa de Luxo Jr. en la gran pantalla, el segundo filme firmado por Pete Docter tras esa genialidad que fue 'Monstruos S.A' ('Monsters Inc.' Pete Docter, David Silverman y Lee Unkrich, 2001) es la primera propuesta que os hacemos esta semana desde Cine en el salón relacionada con los estrenos de cartelera de mañana viernes. Aunque más que de estrenos, habría que hablar en este caso de ESTRENO, el de la que para servidor es "la película del verano". Una 'Del revés (Inside Out)' ('Inside Out', Pete Docter y Ronaldo Del Carmen, 2015) que, si nada lo impide, mañana estaré disfrutando como un enano en la sala más grande de mi cine habitual sobre esta misma hora.

Pero no nos despistemos, ya hablaremos largo y tendido de uno de los dos filmes que Pixar nos hará llegar este 2015 tras habernos tenido en sequía durante un 2014 que, sin su presencia, fue decididamente mucho más mustio en lo cinematográfico, y echemos de una vez la vista seis años atrás en el tiempo. Exactamente a ese 30 de Julio de 2009 cuando nos exponíamos por primera vez a un filme acerca del que todo lo que se podría llegar a afirmar —que es muchísimo— pasa inexorablemente, como se ha dicho por activa y por pasiva cada vez que se habla de él, por dejarse maravillar por diez minutos iniciales que son CINE EN ESTADO PURO.

Un prólogo para acabar con todos los prólogos

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No me atrevería a afirmar que fuera un 100%, pero es más que probable que si ahora mismo os preguntara con qué escena de 'Up' os quedaríais sobre todas las demás la respuesta mayoritaria, la que ganaría de forma aplastante, sería aquella que apuntara a ese tramo de metraje que comienza con un niño viendo alucinado un "news reel" sobre su explorador favorito, sigue con ese mismo chaval encontrándose por casualidad con una niña de enorme desparpajo y continua durante cuatro espectaculares minutos haciendo un recorrido de unos cincuenta años por la vida en común de Carl y Ellie, un matrimonio que siempre quiso vivir aventuras y nunca pudo por los avatares de la vida.

Esos cuatro minutos, en los que diálogos y efectos de sonido quedan sustituidos de principio a fin por uno de los dos mejores temas que Michael Giacchino compone para el filme —un tema que, por extensión es de lo mejor de la trayectoria del compositor y que, junto al resto de su trabajo aquí, le valió un más que merecido Oscar— deberían ser por sí mismos asignatura de obligado estudio en cualquier escuela de cine por cuanto en ellos hay muestras excelsas de un entendimiento muy íntimo de las formas narrativas del séptimo arte.

El uso de las elipsis, la forma en la que plantea y va resolviendo los saltos temporales para resumir cinco décadas de existencia en pocos planos —ese recurso de las corbatas, por ejemplo—, cómo, al no contar con diálogos, Docter y su equipo se las tiene que ingeniar para transmitir sin palabras ideas como la infertilidad de Ellie o el por qué la feliz pareja nunca puede llegar a cumplir su sueño. Son tantos los planteamientos que aquí se manejan, y tal la maestría suma con la que se resuelve todo que, sólo gracias a éste MARAVILLOSO arranque ya hubiera valido la pena —y de qué manera— el gasto de la entrada. Pero claro, 'Up' no termina ahí...ni mucho menos.

Tu abuelo y tu hermano pequeño

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Toda vez dicho prólogo trasciende y la cinta se toma su pequeño momento de descanso para presentarnos más de cerca al terco anciano que es Carl, comenzamos a observar que, haciendo gala de nuevo de esa quirúrgica precisión que ha caracterizado a su cine desde 'Toy Story' (id, John Lasseter, 1996), los artistas de Pixar sólo necesitan de unas pocas pinceladas para definir la personalidad, ya del canoso protagonista, ya de Russell, el pequeño boy-scout que por circunstancias, se verá arrastrado a una loca aventura. Una aventura que comienza cuando centenares de globos elevan la casa de Carl y que acabará cambiando la vida de tan diferentes personajes.

La sinergia que se crea entre ambos desde el primer momento, y las francas simpatías que dicha cualidad instila en el público desde el minuto uno, son dos valores que hacen que sintamos muy de cerca todo aquello que la cinta va haciendo descansar en los hombros de un abuelo y un pequeñajo algo irritante y parlanchín que, como reza el titular de la sección, podrían perfectamente ser TU abuelo y TU hermano pequeño. Un TU éste que dificilmente podría estar revestido de mayor carga de universalidad y que provoca la precisa y constante implicación directa del respetable por lo que la trama va desarrollando.

Tan asombroso es el trabajo que Docter, Bob Peterson y Tom McCarthy hacen con Carl y Russell, que las pocas veces que la cinta da un respiro a ambos y se posiciona en un ámbito más "personal", lo hace de tal manera que la sutileza y no lo explícito, el decir mucho con muy pocas palabras y no el apabullar al espectador con vacuos discursos se convierte en la tónica reinante, siendo maravilloso ejemplo de ello el momento en que Russell revela a Carl, como sólo un niño puede hacerlo, el ser hijo de un matrimonio roto y el que su padre ya no tenga tiempo para él. Si a uno no se le encoge el corazón en la forma en que está planteada la escena, es que está muerto.

'Up', aventura en la cumbre

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Y si esa vertiente del filme funciona, y funciona de tal manera que las lágrimas están aseguradas tanto como lo estarían al año siguiente con dos momentos en concreto de 'Toy Story 3' (id, Lee Unkrich, 2010), lo que podríamos afirmar hacia todo lo que la acompaña es de un tono tanto o más enardecido del que he querido que destilen los párrafos anteriores. A fin de cuentas, 'Up' es una aventura de principio a fin que a través del pie que le proporciona dicho género habla de muchas otras cosas que, complementándose con las demás, conforman un todo al que no tachar de OBRA MAESTRA es, a todas luces, imposible.

Como aventura con una acusada vertiente de comedia tanto verbal como física —y no hay mejor ejemplo de ambas que los perros que aparecen llegado el momento—, 'Up' es un vehículo ininterrumpido de satisfacción para niños y, sobre todo, adultos, confirmando una vez más Pixar que su forma de hacer cine podrá ser todo lo universal que se quiera —que lo es— pero somos los "mayores" los que realmente vamos a disfrutar como "enanos" de lo que sus propuestas nos acercan por cuanto somos nosotros y sólo nosotros los que captaremos en su complejidad la inmensa carga de mensajes y guiños que siempre subyacen en los filmes de los estudios.

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Adjunto a ellos, por supuesto, está lo que hace vibrar a todos por igual, esas secuencias en las que los diálogos quedan en un segundo plano —si es que no están directamente eliminados— dando paso a un despliegue de acción asombroso llamado a dejar a toda la platea sin distinción de edad o sexo, atada a la butaca. Y creo que colegiréis conmigo si aquí apunto a todo el clímax final, ese en el que Carl vuelve al rescate y al que, de nuevo, Giacchino pone arrebatadora y vibrante personalidad con "ese otro mejor tema" de un score que es una delicia continua.

Como quiera que salvo con las dos entregas de 'Cars' (id, John Lasseter, 2006) y la muy prescindible 'Monstruos University' ('Monsters University', Dan Scanlon, 2013) Pixar siempre ha estado en lo más alto, hablar de 'Up' como su obra cumbre es mucho pretender cuando todas sus películas a excepción del citado trío podrían ser calificadas sin dilación de obras maestras del séptimo arte. Yermo sería el debate que intentara esclarecer cuál de ellas está por delante de las demás cuando lo que piden todas es lo que han terminado consiguiendo por derecho, un lugar destacado en la historia del cine...así, sin especificar género.

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