'Caza a la espía (Fair Game)', el dilema

'Caza a la espía (Fair Game)', el dilema
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Valerie Plame (Naomi Watts) trabaja en la CIA durante la presidencia de George W. Bush. Una de las misiones que se le asignan es averiguar la autenticidad de la existencia de las hoy en día famosas armas de destrucción masiva. Cuando, gracias a una fuente, descubre que no hay tales armas, intenta que su agencia diga la verdad, pero nadie quiere arriesgarse. El marido de Plame, Joseph Wilson (Sean Penn), ex-embajador de Níger, es enviado a verificar la autenticidad de otro de los datos que componen las pistas para declarar la existencia de las armas. Debido a que no ha encontrado nada, da la cara por esta realidad cuando Bush declara en los medios que hay armas de destrucción masiva. Sin embargo, Valerie siente miedo a contar la verdad, debido a las amenazas de muerte que está recibiendo, y así comienza su dilema.

La traducción del título, ‘Caza a la espía (Fair game)’, remitiría a un corre-corre-que-te-pillo de acción, con toques de humor, en el que una mujer dedicada al espionaje debe escapar de sus perseguidores. Es decir, a una película quizá mala, pero entretenida. Por desgracia, el film de Doug Liman no se trata de eso.

Liman parte de una mentira que llevó al mundo a una guerra, está en posesión de la verdad y abriga una fuerte intención crítica. Los hechos que va a reflejar, sumados a sus intenciones, por sí mismos componen un conjunto impactante y poderoso. Por lo tanto, el director y sus guionistas, Jez Butterworth, John Butterworth, se reclinan sobre las inmensas posibilidades del material con el que cuentan, con tanta comodidad, que ya no se molestan en aportar valores narrativos. Pero, por muy grandioso que sea lo que se cuenta o se muestra, sigue siendo necesario saber acercarse a ello.

'Caza a la espía (Fair Game)

Conocemos los sucesos sobradamente, es decir, el film llega demasiado tarde o demasiado lejos, pues en Europa lo vivimos todo con otros ojos y la épica que se quiere insuflar al desarrollo del argumento se nos escapa. Sin embargo, no es el único motivo de la ausencia de interés de la cinta, pues partiendo de hechos ya sabidos, se han hecho grandes narraciones—‘Todos los hombres del presidente’ por citar una—. Por lo tanto, volveremos al argumento de que los creadores no han sabido contárnoslos.

Contar una historia consiste en escoger. En ‘Caza a la espía (Fair Game)’, los autores parecen haber elegido la parte menos interesante de la realidad para acercárnosla. Durante una hora en la que no hay más que diálogos, y no especialmente bien escritos, se dan vueltas y rodeos hasta que se averigua la no existencia de armas de destrucción masiva, y con ello a la protagonista se le presente su dilema. Es decir, hasta pasada la mitad del film, la trama no arranca. (spoiler) Cuando por fin podría comenzar lo interesante: los juicios, la lucha por hacer que la verdad se extienda, el intento por abrir los ojos a la opinión pública… el film finaliza. (Fin del spoiler). La elección no parece la mejor, pero lo cierto es que esos mismos hechos se podrían haber presentado de forma intensa y dramática.

Que no exista una sola escena de acción tampoco es lo que convierte a en aburrido al film que nos ocupa. Existen films de diálogos cargados de fuerza dramática —‘JFK’— o sumamente entretenidos —‘In the Loop’—. Pero esas conversaciones no han sabido demostrar la gravedad de la situación, así como tampoco han servido para hacer un gran retrato de personajes.

'Caza a la espía (Fair Game)

A pesar del título de thriller y de los varios aspectos rodados en clave de este género, Doug Liman no persigue mostrar la significación global de los hechos históricos referidos, sino la dificultad para tomar una decisión a la que se enfrenta esta mujer. Esto se lograría dentro de un film de personajes, para el que se haría necesario un retrato psicológico bien marcado que nos hiciese sentir, junto a Plame, la dicotomía a la que se enfrenta.

Sin embargo, es difícil creerse a Watts en el papel porque presenta un aspecto absorto y parece ajena a lo que ocurre a su alrededor. Penn se muestra con un carácter desagradable, pero no por ello carismático. Así, la empatía con ambos protagonistas se revela complicada: ni importan sus vidas personales y el peligro de su matrimonio, ni tampoco se perciben como los héroes que probablemente fueron en la vida real. El único atisbo de simpatía se produce con la hermana del contacto (ambos en la fotografía anterior), pero esta trama se despacha sin más.

Por otro lado, el empeño aleccionador de Penn perjudica la sutileza de la película convirtiéndola en un discurso machacante que, incluso para quien necesite oírlo, se lanza de la forma más inefectiva.

‘Caza a la espía (Fair Game)’ es una película plana, que desaprovecha las implicaciones de los hechos reflejados y que siquiera como reivindicación política goza de valor, pues llega demasiado tarde. A pesar de ello, el tirón de sus actores principales y la gravedad de la situación mostrada suplirán las carencias para dejar una impresión favorable.

Mi puntuación:

2

Comentarios cerrados
Inicio