‘Banderas de nuestros padres’, con ésta no le tocaba a Clint Eastwood

‘Banderas de nuestros padres’, con ésta no le tocaba a Clint Eastwood
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Adelantándose al viernes de estrenos, llega hoy a nuestras pantallas ‘Banderas de nuestros padres’ (‘Flags of our fathers’, 2006), film que no me ha gustado tanto como a mi compañero Red, con lo que parece que vengo a confirmar lo que dice de que siempre estamos en desacuerdo aunque, para darle la razón y quitársela al mismo tiempo, diré que no estoy de acuerdo en que siempre estemos en desacuerdo. En realidad, hemos coincidido en gustos de muchísimas películas, pero ahora no voy a ponerme a listarlas. Aun así, tampoco me ha parecido una mala película. Creo que falla en bastantes aspectos, aunque también tiene sus aciertos en otros. Así como la cinta anterior de Clint Eastwood, ‘Million Dollar Baby’, me pareció maravillosa, la segunda mejor película del año pasado, ésta me ha dejado indiferente.

Lo que el director y productor quiere contar es el absurdo de la campaña para recaudar fondos que se hizo a partir de una foto tomada en Iwo Jima. Sus quejas se refieren a que los hombres que recorren el país recibiendo elogios por haber plantado la bandera no son los que en realidad la izaron y porque la bandera de la foto fue una sustituta y no la original. Si bien es cierto que esto tiene algo de absurdo, realmente no es tan grave si ese dinero era necesario para que el resto de los jóvenes que luchaban en la guerra pudiesen volver sanos y salvos. Y, aunque sea algo malo y engañoso, el desvelar cómo fue la realidad me parece algo interesante para cinco minutos de un documental sobre la contienda, no para hacer toda una película.

Eastwood incide en lo mismo una y otra vez como si costara trabajo que nos enterásemos de la tesis de la película. Estira hasta el aburrimiento una premisa que no da para tanto. Y, por si fuese poco, utiliza elementos tan burdos que casi hacen reír, como el sirope de fresa que cae sobre el merengue que representa el montículo donde se colocó la bandera (en la foto inferior) y que hace al personaje recordar la sangre derramada. Con miedo a que no quede del todo claro ni siquiera con esto, el guión presenta unos diálogos que exponen tal cual la idea central del film, en lugar de dejarla entrever en el subtexto.

Pero, además del exceso de incidencia sobre su argumento, el mayor defecto de la película es, en mi opinión, la imposible empatía con el personaje con el que más deberíamos identificarnos: Ira Hayes. Probablemente se debe a que el actor, Adam Beach (en la foto superior), no hace un buen trabajo o más bien habría que decir que hace un trabajo pésimo. Pero no sólo es ésa la cuestión, además, la forma en la que está presentado como personaje hace que no caiga bien y que, al cabo de un tiempo, acabemos hartos de sus constantes quejas. Por otro lado, es difícil empatizar con su teórico conflicto de estar en América de gira, ligando todo lo quiera y emborrachándose, en lugar de en el frente, matando a gente, viendo cómo caen los compañeros o a punto de morir. Sí, bien, lo que quiere indicar Eastwood es que sentían que era una injusticia para con los demás, pero este personaje lo pasaba mal por tener que participar en la gira. Lo que intenta el director es mostrar antihéroes, ya que está criticando la creación de héroes que hacían las autoridades durante la guerra, pero creo que no ha retratado bien esta figura.

La estructura de la película es caótica sin necesidad. Eastwood abusa muchísimo del recurso de saltar hacia atrás y hacia delante en el tiempo. Si bien algunos de los flashbacks tienen una función narrativa, los demás, la mayoría de ellos, están empleados únicamente por estética. Si la empatía ya era difícil a causa de los personajes, estos saltos te sacan aún más de la historia.

‘Banderas de nuestros padres’ tiene momentos buenos y personajes interesantes. Creo que la madre que reconoce el culo de su hijo en la foto, así como el resto de su familia, son lo mejor del film. Eastwood apunta uno o dos caminos por los que podría haber tirado y que, quizá, habrían dado mejor resultado. A favor de la película también se puede decir que las escenas de guerra están bien rodadas y que logran una gran sensación de realismo.

Sin saber que Eastwood preparaba ‘Cartas desde Iwo Jima’ (‘Letters from Iwo Jima’, pensé mientras veía esta película (a principios de noviembre del año pasado) que era un tanto vergonzoso cómo presentaba a los japoneses y que probablemente habría preferido una película que nos los mostrara directamente. Así que me alegré de enterarme de que este producto iba a existir y, por lo tanto, espero con curiosidad la otra cara de la moneda de este film, que probablemente me gustará mucho más. Esto también me sirve para explicar el titular de la crítica. Me refiero a que, en mi opinión, Eastwood tiene algunas películas grandiosas y otras que no le salen. Da la sensación de que la cosa fuese un poco una sí, una no.

La conclusión genérica podría ser que es un film que se excede en todo: en insistirnos sobre sus tesis una y otra vez, en el empleo de los flashbacks, en la duración innecesariamente larga... y también diría que es una película que, tratando de ser antiamericanista, resulta de lo más americana.

Aquí se pueden ver el trailer, fotografías y otra información sobre la película.

montículo de merengue
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