'A Scanner Darkly', rotoscopia salvadora

'A Scanner Darkly', rotoscopia salvadora
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Philip K. Dick es una fuente inagotable de buenas ideas para el cine, aunque luego haya que especificar que no en todos los casos esas ideas son llevadas a buen puerto. Evidentemente si hablamos de 'Blade Runner', una de las más grandes obras maestras jamás realizadas, sobran los comentarios. Ese film encabeza con todo honor las buenas adaptaciones de un relato de Dick, grupo en el que habría que incluir sin dudarlo 'Desafío Total' y 'Minority Report'. El resto ya están a años luz, algunas desastrosas como 'Asesinos Cibernéticos' u otras que se quedan a medio camino como 'Paycheck'. En todas ellas se encuentran las constantes del universo de Dick, la múltiple personalidad y la mezcla de realidad y ficción, cómo no, elementos muy jugosos para ser tratados en el Séptimo Arte. El pasado viernes nos llegó 'A Scanner Darkly', aunque lo de llegar es un decir ya que al parecer la película está teniendo una distribución muy limitada en nuestro país. Una vez más, los motivos de nuestros inteligentes distribuidores, que bien podrían tener algún parentesco con los mismos inútiles que se niegan a que la edición especial de 'King Kong' de Peter Jackson se edite en España porque alegan falta de mercado, son incomprensibles.

Porque ya me direis vosotros si un film que tiene en su reparto a Keanu Reeves, Robert Downey Jr., Woody Harrelson y Winona Ryder, y que además está animado utilizando el sistema de la rotoscopia, y que está basado en una novela de Dick, no iba a interesar a un montón de público. Evidentemente no iban, ni irán, a verla en masa como si de un 'Titanic' se tratase. Pero lo que está claro es que con pocas copias ya condenan a la película desde el principio.

El argumento de 'A Scanner Darkly' nos lleva a Bob Arctor, agente de narcóticos infiltrado tras la pista de un supuesto traficante de una droga muy adictiva llamada simplemente D. El problema es que Arctor es consumidor de esa droga, y el hecho de que comienza a comportarse esquizofrénicamente pone en peligro la misión, ya que no sabe qué es real y qué no.

El film está realizado técnicamente usando el sistema de rotoscopia, que dicho muy sencillamente se trata primero de filmar la película con actores de carne y hueso, y después en el montaje y postproducción dibujar por encima de todo lo filmado. Es un proceso laborioso en el que un minuto de película puede equivaler a 500 horas de trabajo. Casi nada. El gran acierto de Richard Linklater ha sido filmar la historia usando este método, ya que es muy probable que si el film se hubiera rodado como una película normal y corriente no lo habría aguantado ni Dios.

Y es que todo el tono de lo que se nos cuenta queda muy bien reflejado en esa curiosa animación, nos conecta de forma muy directa con todo un mundo de sensaciones salidas directamente de las páginas de Dick. Que mejor que dibujos animados para no discernir entre realidad o ficción, o menudo acierto al detalle del traje que llevan los que trabajan en la unidad especial en la que trabaja el protagonista principal masculino. Detalle que por cierto, a mi juicio está bastante desaprovechado y creo que podría haber dado mucho más juego del que da.

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Linklater es un director sin personalidad alguna, algunos de sus defectos se ven reflejados muy bien en la película. No es capaz de dotar al film de un ritmo acertado y a pesar del evidente interés de la historia hay momentos de aburrimiento en los que no paran de hablar, estirando frases y diálogos que hubieran quedado muy bien si fueran más cortos o simplemente más interesantes para el espectador, el cual se pierde un poco con las disertaciones de algunos de sus personajes y se desconecta un poco de la película.

Los actores que se prestan a este experimento medio exitoso, medio fallido, cumplen perfectamente con su cometido. Keanu Reeves y Winona Ryder realizan las que podrían ser las mejores interpretaciones de su carrera porque evidentemente, el dibujo les ayuda mucho. Robert Downey Jr. es sin duda el mejor de todos y se nota que se lo ha pasado en grande con un personaje obsesionado con que todo es una conspiración. Woody Harrelson y Rory Cochrane interpretan a los personajes más excéntricos y raros. Debajo del dibujo podemos reconocer perfectamente a todos los actores, aunque no los vemos claramente. Eso ayuda a soportar a algunos.

Una película correcta con la que Linklater acomete su segunda experiencia con la rotoscopia después de 'Walking Life'. Es probable que algunos no la aguanten, sobre todo en su primera mitad. Incluso a algunos les puede parecer inútil el uso de la animación. Pero es que es eso precisamente lo que salva a la película de la quema. Es una pena que su director no haya estado más atinado con el ritmo. Nos hubiera regalado un peliculón. Aún así, no está mal.

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