'El número uno', más difícil todavía

'El número uno', más difícil todavía
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Haciendo oídos sordos a las malas previsiones de estrenar un programa como 'El número uno' en la noche del viernes, Antena 3 dio el pistoletazo de salida a la segunda temporada del talent show, una edición reducida, renovada pero también continuista de lo que fue el programa el año pasado. Sin duda se ha tratado de la sorpresa de final de curso que la cadena nos ha brindado, aunque observando los datos de audiencia de su estreno, corroboramos que 'El número uno' se ha enfrentado a un reto mucho más difícil del que tenía en su primera edición.

La primera gala del talent show no consiguió congregar a los dos millones de espectadores, conformándose con el 12% de share, unos datos muy pobres que se alejan de lo que consiguió 'El número uno' el año pasado. Lo peor de todo es que este dato puede incluso descender en las próximas semanas, ya que la experiencia nos dice que el primer día atrae a más curiosos que el resto de semanas. En este sentido, la reducción del número de galas podría jugar a favor de 'El número uno', aunque el camino ya marcado con esta segunda edición no nos ha dejado buenas sensaciones.

Uno de los principales cambios que ha sufrido esta nueva etapa del talent show ha sido la elección de un jurado del que solo ha sobrevivido David Bustamante. El destino quiso que el cantante no pudiera estar en la gala del pasado viernes, lo que dejó el examen del jurado en manos de las tres caras nuevas que se han incorporado este año: Mónica Naranjo, Pitingo y Pastora Soler. Y, entre ellos, algo que parece que es habitual últimamente entre los jurados que se dedican a valorar a quienes se presentan ante ellos: carisma muy desigual que deja un sabor agridulce.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

En este caso, la presencia de Pitingo es la más tibia dentro de un jurado ya demostró en el pasado la importancia de su presencia en el plató. No parece que se haya mejorado mucho en este aspecto, sobre todo porque los miembros del jurado aparecieron como mero escaparate dedicado a juzgar, manteniendo las distancias con los candidatos y dejando que el espectador se quedara con las ganas de disfrutar una implicación mayor con el desarrollo del programa.

El primer programa de 'El número uno' tampoco destacó en cuanto a actuaciones se refiere, pese a contadas excepciones que sí brillaron entre un plantel que nos dejó más bien frío. Dar la sorpresa en este tipo de programas cada vez es más difícil, ya que la memoria reciente del espectador es capaz de catalogar con rapidez a cada candidato entre los múltiples concursantes que ya han aparecido en la historia de nuestros talent shows. La segunda edición de 'El número uno' se estrenó como un programa grabado (la próxima gala ya será en directo) en el que se cambió la mecánica para elegir a los candidatos finales para convertirse en el ganador de la segunda edición.

Lo cierto es que algunos cambios que se dieron en esta gala se acercaron más a lo que nos ofreció 'La voz' hace unos meses que lo que 'El número uno' pretendió traernos con su estreno el año pasado. El programa de Antena 3 no ha podido diferenciarse del que ha sido el mayor fenómeno televisivo del presente curso y, pese a llegar antes a la pequeña pantalla, se ha convertido en una sombra de lo que presentó la competencia. Con esta fórmula y ese día de emisión, no podemos esperar que 'El número uno' vaya a conseguir ofrecernos algo enriquecedor en el futuro, por lo que la duda sobre si esta segunda edición merece la pena es más fuerte que nunca.

En ¡Vaya tele! | Los miedos y retos de la segunda edición de 'El número uno'

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